Nodio, recalculando: cómo sigue la iniciativa del Gobierno que generó más rechazos que adhesiones
El anuncio de la iniciativa oficial generó la reacción de distintos actores. Sus impulsores insistieron en que el objetivo es impulsar buenas prácticas. Por Andrea Catalano
A una semana de haberse anunciado la puesta en marcha de Nodio, la tensión crece entre la Defensoría del Público, impulsora de la iniciativa, y los actores que cuestionan que el Estado se convierta en observador de las noticias falsas, de la desinformación.
Mientras los grandes medios, las entidades periodísticas, los legisladores nacionales e integrantes de la Justicia rechazaron la conformación del observatorio, desde la Defensoría volvieron a insistir en que su tarea no tendrá ningún tipo de rol sancionatorio. Además, aclararon que aún no está definida la metodología sobre la que se asentará la tarea de trazabilidad del monitoreo del diálogo social engañoso que se dé en espacios como las redes sociales.
«Estamos en la etapa inicial del observatorio, se está armando la metodología», dijo a iProfesional Glenn Postolski, uno de los integrantes de Nodio. Según explicó, la tarea de esa área será «monitorear, percibir qué diálogo social se da de manera no voluntaria, engañosa, en las redes. Cuáles son esos diálogos sociales que se convierten en la agenda y pasan de las redes a los medios tradicionales», amplió.
Tal vez aquí resida uno de los problemas de Nodio: se anunció la puesta en marcha de un observatorio sin tener claramente definidos sus alcances y sus modos, más allá de que ya se haya expresado en el sitio de la Defensoría del Público que trabajará sobre publicaciones emitidas vinculadas con la violencia simbólica y las noticias maliciosas. Y que esa tarea se hará en conjunto con diversos actores de la sociedad civil.
La Defensoría del Público ya comenzó a convocar y a reunirse con organizaciones, asociaciones y empresas para discutir esa matriz, esa metodología a construir. El hecho es que persiste cierta incertidumbre acerca del futuro del observatorio debido a que el fiscal Carlos Stornelli pidió a la jueza María Capucchetti que dicte una «medida cautelar» para prohibir a Miriam Lewin, titular de la Defensoría del Público, a realizar cualquier tipo de acto que menoscabe los derechos a la libertad de expresión y de prensa.
«Nos gustaría saber en qué consisten las acciones, con qué actores se van a comunicar para ver qué impacto tiene en la libertad de expresión, por eso es necesario que se den más precisiones», explicó a iProfesional Eduardo Ferreyra, abogado de la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), una de las entidades que fue convocada para trabajar en el tema.
Las convocatorias
Desde su anuncio oficial hasta la fecha, Nodio sumó tanto rechazo como encuentros con diversas entidades, incluida Adepa, que tras escuchar a Postolski volvió a manifestar su desacuerdo «con ese tipo de organismos fomentados por el Estado porque hay otras instancias de diálogo con la Defensoría». La entidad aseguró que no han sido convocados formalmente para participar de algún tipo de discusión y que «llegado el caso se evaluará».
Postolski sostuvo que Nodio hará estudios cualitativos y cuantitativos sobre, por ejemplo, «cómo se produce el tratamiento de la violencia política contra las mujeres, cómo se replica ese discurso violento hacia la mujer política, y se hará la trazabilidad del tema».
Cuando iProfesional preguntó qué se busca con estos reportes, afirmó: «Construir informes sobre las prácticas periodísticas. Esto no significa crear un expediente para generar una sanción sino un insumo para llevar a foros, a capacitaciones, a las audiencias con el objetivo de desarrollar buenas prácticas y prevenir la circulación de la violencia simbólica».
Por eso insistió que, para llegar a este punto, se debe «desarrollar la capacidad para establecer la matriz de circulación de los mensajes y las guías de buenas prácticas, que es algo en lo que Defensoría viene trabajando desde hace 11 años».
Los discursos xenófobos, los estigmatizantes, los misóginos, los que menoscaben a las personas con discapacidad, serán algunos de los temas sobre los que se quiere trabajar, anticipó el funcionario. Y aclaró, además, que «todo será ex post, sobre lo que ya circuló, no hay censura previa ni nada que afecte a la libertad de expresión».
Al señalarse que parte de estas tareas las hace el INADI con el Observatorio de Medios, mientras que el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) es la autoridad con sancionatoria para los casos en los que se violen las regulaciones establecidas, Postolski indicó que «nosotros nos focalizamos en las audiencias y en la trazabilidad de cómo se construye la noticia maliciosa. Somos la instancia de mediación con las audiencias».
Negó, en este punto, que las declaraciones políticas sobre algún tema en particular sean material de análisis de Nodio.
Las empresas vinculadas con la distribución de contenidos también son parte de la convocatoria del Gobierno, entre ellas Facebook y Google, según pudo saber iProfesional. Aunque algunas de las conversaciones previas mantenidas no se habrían dado en el marco de una convocatoria formal relacionada con la iniciativa de la Defensoría, sino como parte de los vínculos que las mismas plataformas digitales establecen con los distintos actores del sector público en relación a sus políticas de publicación, sus autorregulaciones.
Facebook suele mantener reuniones con diversos actores de la sociedad civil en donde explica sus políticas, entre ellas, las vinculadas con la alfabetización digital y la desinformación. Políticas que están publicadas en la página oficial de la misma compañía. La empresa suele ofrecer capacitaciones de formación digital pero hasta ahora no hubo ningún tipo de formalización sobre actividades a realizar en conjunto con la Defensoría del Público en relación a Nodio.
Desde Google comentaron que hubo una reunión con la Defensoría del Público en la que expusieron sobre las iniciativas en materia de desinformación, mientras que la compañía explicó cómo aborda esa materia.
El tema generó mucha sensibilidad inclusive entre los académicos y estudiosos de los medios y las plataformas digitales que, al ser consultados por iProfesional, o bien declinaron de brindar su mirada o bien prefirieron hacer comentarios en off.
Parte de las explicaciones esgrimidas para optar por expresarse sin que se revele su identidad se basaron en que, una vez más, el tema planteó una nueva grieta entre los impulsores y los detractores debido a la falta de confianza que existe en todos los segmentos de la sociedad.
«El debate en todos los niveles está marcado por la desconfianza y los medios han generado un nivel de crispación muy difícil de resolver. Estamos de acuerdo en la defensa de la libertad de expresión pero lo que sucede es que, se diga lo que se diga, no se permite el diálogo», reconoció una de las fuentes consultadas pertenecientes a una asociación independiente dedicada al estudio de los medios digitales.
Esa necesidad de debate y discusión pareciera ser compartida por todos los actores, más allá del lugar que ocupen. Y si bien existen observatorios en otras instancias del sector público, tal como se mencionó más arriba, el hecho de que en la presentación se hayan mezclado conceptos como noticia falsa, desinformación, discurso de odio, generó la reacción conocida.
Y anunciarlo sin tener claramente definido el basamento sobre el que se apoyaría la actividad de Nodio y sin haber hecho una ronda de consultas previas en un tema tan sensible no hizo más que potenciar la desconfianza reinante.
Lo que sí queda claro es que cualquier iniciativa que se impulse en cualquier campo exige del diálogo entre las partes aun cuando estén en veredas contrapuestas, como camino para reconstruir esa confianza. Y es el sector público el que debe liderarlo a partir de la mejora de las prácticas institucionales.
Así como el DNU 690 del sector de las telecomunicaciones aunó el rechazo del sector privado porque se trató de una medida acabada, resuelta en muy poco tiempo y que tomó de sorpresa a sus actores, los promotores de Nodio cometieron el error a la inversa: lo anunciaron sin tener definida la matriz, más allá de las declaraciones de sus impulsores, y sin haber iniciado un camino de diálogo claro sobre el tema. (iProfesional)