La nueva normalidad es el bajo crecimiento económico
GINEBRA – Una “nueva normalidad” de bajo crecimiento aparece en la economía mundial, en un contexto de revolución tecnológica acelerada y descontento social, planteó el Informe 2024 de ONU Comercio y Desarrollo (Unctad) publicado este martes 29.
Las tasas de crecimiento económico proyectadas “se mantendrán en solo 2,7 % para 2024 y 2025, por debajo del promedio anual de tres por ciento entre 2001 y 2019”, y en contraste marcado con el crecimiento promedio de 4,4 % observado en los años previos a la crisis financiera global de 2007-2009.
Para las economías en desarrollo, esta desaceleración es aún más aguda. Mientras que crecieron a un impresionante 6,6 % entre 2003 y 2013, su crecimiento promedio ha caído a solo 4,1 % entre 2014 y 2024.
Excluyendo a China, el panorama es aún más sombrío: el crecimiento en el Sur global promedió solo 2,8 % en la última década. Al mismo tiempo, los países en desarrollo han visto aumentar sus cargas de deuda en 70 % entre 2010 y 2023.
Eso pone a muchos países en riesgo de asumir medidas de austeridad que podrían socavar el progreso hacia un desarrollo inclusivo.
Unctad (acrónimo en inglés de su nombre hasta el año pasado, Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) hizo con base en su análisis un llamado a “replantear» las estrategias de desarrollo ante la desaceleración económica global y el aumento del descontento social”.
En su “Informe sobre Comercio y Desarrollo 2024: Repensar el desarrollo en la era del descontento”, señala que el bajo crecimiento, la alta deuda, la débil inversión y la fragmentación del comercio global están exacerbando las divisiones económicas entre los países industrializados y en desarrollo.
Ello en un contexto de revolución tecnológica acelerada, “lo que exige un enfoque renovado para lograr un crecimiento sostenible e inclusivo”.
“El crecimiento del comercio Sur-Sur, la transición verde y la demanda de minerales críticos pueden abrir oportunidades de crecimiento para los países en desarrollo, pero requerirán nuevas políticas y apoyo multilateral para enfrentar los desafíos de la deuda, el medio ambiente, el comercio y la inversión”, reza el documento.
Una tesis de Unctad es que la acción multilateral, y una revisión de la arquitectura financiera internacional, son esenciales para abordar los desafíos y apoyar un crecimiento sostenible e inclusivo.
El informe resalta cómo la inflación posterior a la pandemia covid-19, impulsada por interrupciones en las cadenas de suministro y el poder de mercado concentrado en sectores clave como la agricultura y la energía, ha erosionado el poder adquisitivo en los países en desarrollo.
Los ingresos de los hogares disminuyeron ocho por ciento desde 2020 debido a la inflación, lo que ha resultado en un descontento social generalizado en todo el mundo.
Unctad advierte contra depender únicamente del endurecimiento monetario para abordar la inflación, y en su lugar aboga por un enfoque mixto de políticas, que incluya estrategias fiscales y regulatorias.
“La inflación ha afectado más a las economías en desarrollo y ha erosionado los ingresos de los hogares, reduciendo su poder adquisitivo. Eso ha alimentado el descontento social”, subraya el texto.
Agrega de inmediato que la solución requiere “una acción coordinada para estabilizar los precios, expandir el espacio fiscal, frenar las prácticas anticompetitivas y promover un crecimiento inclusivo”.
A pesar de los desafíos, Unctad señala el crecimiento del comercio Sur-Sur y la transición verde como oportunidades clave para los países en desarrollo.
El comercio Sur-Sur se ha más que duplicado entre 2007 y 2023, pasando de 2,3 billones (millones de millones) de dólares en 2007 a 5,6 billones en 2023, “lo que ofrece a los países en desarrollo la oportunidad de reducir su dependencia de los socios comerciales tradicionales y fortalecer la integración económica regional”.
Menciona como ejemplos el Tratado de Libre Comercio Continental Africano y la Comunidad Económica del Sudeste Asiático, y agrega llamado a aplicar políticas industriales estratégicas, para que los países en desarrollo “pueden navegar mejor por los riesgos de un comercio fragmentado y construir economías más resilientes”.
La transición verde también presenta nuevas vías de crecimiento, sobre todo con el aumento de la demanda de minerales críticos y materias primas, que se encuentran principalmente en África y América Latina, y que son esenciales para impulsar la transición hacia vehículos eléctricos, energía renovable y la economía digital.
El informe registra cambios significativos en la estructura del comercio global. Aunque los bienes aún representan más de 75 % del comercio total, el comercio de servicios ha crecido rápidamente, expandiéndose a una tasa de cinco por ciento en términos reales desde 2023.
Los servicios ahora constituyen 25 % de los flujos comerciales globales brutos, ofreciendo un nuevo potencial de crecimiento para los países en desarrollo.
Sin embargo, resalta la brecha Norte-Sur porque las naciones en desarrollo aún representan menos de 30 % de los ingresos mundiales por exportación de servicios.
En el sector de servicios creativos, que está creciendo rápidamente y fue valorado en 1,4 billones de dólares en 2022, dominan los países desarrollados, con 80 % de las exportaciones, a pesar de constituir menos de 60 % de la economía global.
Unctad concluye que los países en desarrollo enfrentan difíciles decisiones políticas debido a crisis superpuestas, incluidos los altos precios de la energía, el aumento de la demanda de servicios sociales y de salud, y el creciente proteccionismo.
“Debemos repensar, reformar y revivir. Repensar las estrategias globales de desarrollo, reformar el sistema financiero internacional y revivir el compromiso con el multilateralismo para brindar un apoyo real a los países en desarrollo”, resumió en su llamado desde el informe la secretaria general de Unctad, Rebeca Grynspan.
A-E/HM IPS)