El trabajo de los maleteros: de las propinas al sindicato nacional
Por Lucas Schaerer
Los trabajadores maleteros inscribieron su sindicato y realizaron su primera elección de autoridades después de 70 años de trabajo en la informalidad y cobrando solo las propinas.
El trabajo de levantar, acomodar y controlar las valijas o encomiendas de los pasajeros en el estómago metálico de los grandes ómnibus de larga distancia es una de las actividades que se evidencian esenciales para miles de turistas durante las vacaciones de verano.
Mozos del cordel, como se los conoce en el norte de nuestro país a estos trabajadores, realizan la actividad hace 70 años en la informalidad total y sólo cobrando del piadoso pasajero por sus propinas. Se podía estar peor. Fue en el confinamiento por el covid-19. La actividad se paralizó de manera total.
Pero la organización pudo torcer la historia. Liniers, Retiro, Once, Mar del Plata, Mendoza, Rosario, Santa Fe, Trelew, Santiago del Estero, Córdoba, La Plata, entre otras terminales se unieron en la pandemia con más fuerza logrando que cada maletero y sus familias tuvieran acceso a la comida. Marchas al Ministerio de Trabajo, presentaciones judiciales, cortes y bloqueos en las terminales. Ruido, ruido, ruido, para ser escuchados.
El primer cónclave de los maleteros llegó en el año 2018. Por primera vez fraternizaban en un mismo espacio para discutir como tener un sindicato que hiciera realidad la utopía de tener derechos, el primero cobrar un sueldo con un recibo salarial.
Los reclamos y la organización maletera quedó principalmente sobre el cuerpo y el alma de Guido Mengia, quien traccionó con el núcleo de SITMARA (Sindicato de Trabajadores Maleteros de la República Argentina) no sólo el alimento también los útiles escolares, el acceso a terminar los estudios, el cobro del IFE ante la actividad paralizada, hasta capacitaciones laborales o colonias para los niños. Todas estas reivindicaciones fueron posibles pese a las distancias y las condiciones de sobrevivencia, su salario es la propina. Una red de dirigentes sindicales y políticos ayudaron a sostener a la familia maletera y la posibilidad de enfrentar una pandemia que mataba por enfermedad y por la crisis económica. De abajo para arriba, desde el ultimo al primero, desde la periferia al centro, en esta tierra hecho raíces el nuevo sindicato.
El maletero toma sus riesgos. Lo demuestran los fallecidos por Covid, como Walter Escobar, delegado-trabajador en Formosa. También los heridos como ocurrió en Retiro cuando la tapa de la bodega pegó hace pocos días atrás en el maletero quien fue derivado al hospital público porteño donde se desmayó y desangró ante la demora en la atención y finalmente terminó con tres puntos en la cabeza.
Los maltratos patronales en las terminales eran cotidianos antes de la organización sindical. Al punto que los empresarios le exigían un “diezmo” para trabajar y otros los obligaban a cubrir la limpieza de los baños.
EL ESTADO RECONOCE AL MALETERO
El 31 de agosto de 2021 por la Resolución 519/2021 publicada en el Boletín Oficial, figuran los maleteros con su inscripción gremial. Ahora todo se avizora diferente. Los trabajadores contarán con recibo de sueldo, aportes, aguinaldo, vacaciones pagas, y todo lo que existe en materia de leyes laborales.
Su reciente y último gran paso fue el pasado 8 de febrero cuando realizaron la primera elección de autoridades del sindicato en todo el país. El padrón nacional de maleteros contabiliza 9.874 y votaron el 89 por ciento de los afiliados en SITMARA, quienes en su mayoría se acercaron a votar junto a sus familias, esposa/o e hijos, porque este fue un momento histórico en la vida de estos trabajadores.
La segunda en la conducción de SITMARA es Cristina Novas de la terminal Zacarias, de Puente La Noria en Lomas de Zamora. Ella vende pasajes, “boletera o agenciera” es la jerga de los laburantes, que por estatuto es incorporada por cargar encomienda.
Los maleteros tienen sus figuras destacadas en todo el país: Gamboa, el maletero cantautor en la terminal de Luján y devoto de la Virgen patrona de la Argentina. En la ciudad patagónica de Trelew está hace 14 años Marcelo cargando maletas y encomiendas con una sola mano, la izquierda, por tener apuntada la derecha. En el medio de la elección apareció un joven en bermudas de jeans y chancletas, Iván Tierno, que juega en primera de Huracán, por ahora suplente. Él entraba a las seis de la mañana en la terminal de Liniers y al mediodía se iba a tomar el colectivo 46 para ir a la practica en la Quemita. Otro destacado maletero en Liniers es el tío del jugador de fútbol, Carlos Tevez, quien no regresó a la actividad a raíz del coronavirus.
Los trabajadores maleteros tuvieron distintos caminos para mejorar sus condiciones laborales. Por un lado, algunos planteaban el formato de cooperativa, lo llamativo que eran propuestas de las patronales o algún funcionario local, para legalizar el fraude desvirtuando la herramienta que significa las cooperativas de trabajadores, pero los maleteros se dieron cuenta que esto era trabajo no remunerado, porque sobraba reconocimiento, ya que las terminales marcaban los horarios de entrada y salida, la CNRT les daba los ticket que se ponen en los equipajes de los pasajeros, tenían ordenados los andenes con cada maletero, como llegar a figurar en los pliegos de la concesión de las terminales.
A partir de ahora empieza una historia nueva para estos trabajadores de las periferias y sus familias. Sumando un nuevo capítulo a la historia de organización del pueblo-trabajador argentino que vuelve a poner en vigencia la importancia de organizarse y pelear por mejores condiciones de trabajo y de vida.
Ellos hicieron realidad el concepto del Papa Francisco: “Nadie se salva solo”. Su fe y lucha convertirá en realidad sus sueños. (ámbito)