Después del guiño del FMI, el dólar cerró la semana en baja
La supertasa aflojó este viernes, después de nueve subas en fila, y quedó en 73,8%, a sólo tres décimas del récord.
El dólar minorista cedió 47 centavos a $45,55 en el promedio de los bancos de la city porteña, al tiempo que el tipo de cambio mayorista bajó 36 centavos a $44,44. Aunque no excenta de volatilidad, la divisa terminó la semana con un recorte de 3,2% luego del aval del FMI al uso de sus desembolsos para enfrentar las tensiones cambiarias.
En una rueda más calma en la que se operaron u$s707 millones, la cotización local acompañó hoy el desempeño de la mayoría de las monedas de la región.
Fernando Izzo, de ABC Mercado de Cambios, destacó: «Con una merma en el volumen operado -clásico de principio de mes– y con la ayuda del índice dólar que retrocedió 0,3% en los mercados internacionales, nuestro peso se acomodó a las circunstancias y bajó 0,8%, en sintonía con las demás monedas emergentes de la región, que se revaluaron frente a la moneda norteamericana: el real, 0,72%; el peso mexicano, 0,83%; y el peso chileno, 0,63%».
En ese marco, el Banco Central cortó una racha de nueve subas consecutivas en la tasa de referencia, que retrocedió tres décimas desde el récord de 74,1% pero quedó siete puntos por encima del nivel de mediados de abril. En el promedio de las dos subastas diarias, el rendimiento de las Letras de Liquidez (Leliq) quedó en 73,8% y la autoridad monetaria absorbió otros $4.900 millones en el marco de su política de refuerzo al apretón monetario para intentar frenar el dólar durante la campaña electoral. En la misma línea, la entidad vendió los u$s60 millones diario a cuenta del Tesoro.
Durante la semana, la habilitación del FMI para que el BCRA venda reservas para financiar la fuga de capitales y contener, así, la suba de la divisa logró torcer el rumbo alcista de la segunda quincena del mes pasado. Sin embargo, los analistas coinciden en que la volatilidad no desaparecerá producto de las debilidades económicas y políticas locales.
El economista Gustavo Ber planteó: «Los operadores responden con cautela ya que esperan poder evaluar el ‘poder de fuego’ del organismo en un escenario de mayor dolarización cuando le llegue el turno a través de ventas directas -con contrapartida en menores reservas netas- ya que hasta ahora viene desempolvando el arsenal de la alta tasa Leliq récord del 74%, las ventas de bancos públicos y las intervenciones en los futuros».
Fuente: BAE Negocios