Con ropa prestada, un DT – presidente y gestos para mufar al rival, Sol de Mayo dio la sorpresa ante Central
El equipo de Viedma igualó con el campeón en el tiempo regular y lo ganó en la definición desde los 12 pasos.
Télam
Sol de Mayo hace historia a pasos agigantados. Anoche dio el primer batacazo en la Copa Argentina al derrotar al actual campeón, Rosario Central, y eliminarlo de la competición. Fue 2 a 2 en los 90 minutos y victoria 5 a 4 en los penales.
Pero la gesta del equipo de Viedma tuvo detalles originales, que le dieron color al logro. Un equipo de la tercera categoría derrotó al campeón y avanzó en el certamen, y los hizo con ropa prestada, un DT que además es el presidente del club y que apeló a todas las cábalas posibles.
La historia comenzó a ser original desde antes del pitazo inicial cuando el árbitro, Héctor Paletta, vio el buzo del arquero Leonardo Torres y por lo colores entendió que se podía confundir con la camiseta rival.
Así, el portero del elenco rionegrino tuvo que recurrir a la utilería de Colón, quienes les prestaron una camiseta del club a la que hubo que taparle el escudo y colocarle el número.
Ya en la cancha hubo comedia y drama. Sol de Mayo se puso en ventaja a los 44 y amplió a los 57, con goles de Alberto Reyes y Lucas Malacarne, pero Central hizo pesar su categoría y en dos minutos, a los 63 y 65, Claudio Riaño lo empató.
El partido se hizo dramático, los rosarinos eran dueños de la pelota, el campo y las situaciones, mientras que los de Viedma aguantaban como podía, el físico no daba más y llegó la hora de apelar a la mística.
Adán Valdebenito, entrenador del equipo de Río Negro y además presidente de la instituciones, fue quien dio la nota tocándose sus partes íntimas en algunos ataques de Central, para mufar las acciones.
También desde la tribuna se veían gestos de todo tipo para que las energías ayuden al equipo a aguantar el empate.
Valdebenito se hizo cargo del equipo siendo presidente del club con el fin de reducir el presupuesto y destinar esos recursos para refuerzos, algo que ya dio sus frutos en el Federal A y ahora en la Copa Argentina.
Finalmente, Sol de Mayo resistió y llegó a los penales. Allí logró la hazaña. Tras terminar empatados en la ronda de cinco, Gastón García la tiró afuera y Germán Herrera reventó el travesaño.
En el mano a mano, Pablo Becker la mandó a las nubes y Malacarne se encargó de darle al conjunto del Federal A la victoria. Así comenzó un festejo loco, que se extendió al vestuario y seguirá en Viedma. En la próxima instancia