Cocco: «Los Matadores fueron el mejor equipo de la historia del fútbol argentino»

Por José Pommarés.
Victorio Nicolás Cocco repasó con Télam el recordado equipo del club de Boedo, que se consagró como el primer campeón invicto del fútbol local el 4 de agosto de 1968.
El santafesino Victorio Nicolás Cocco, uno de los integrantes de los míticos «Matadores» del 68 de San Lorenzo, primer campeón invicto del fútbol local, afirmó sin pudor, a 52 años de aquella conquista, que ese cuadro del club de Boedo «fue el mejor equipo de la historia del fútbol argentino» y bajó la persiana.
Cocco, hoy director de la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino (ATFA), nació en Santa Fe capital, el 23 de marzo de 1944, pero a los ocho años se afincó con sus padres y siete hermanos en la ciudad de San Lorenzo, al sur de la provincia y ahí dio sus primeros pasos como futbolista.
«Por eso me hice hincha de San Lorenzo, de muy pequeño» le confesó a la agencia de noticias Télam el ex volante por izquierda, que tuvo como primer club a Unión de Santa Fe, donde hizo las inferiores jugando de «cinco» o «volante tapón».
En 1966 tanto Unión de Santa Fe y Deportivo Español ascendieron a Primera División. Cocco, por el cuadro santafesino, y Carlos «Toti» Veglio, por Deportivo Español, integraban la selección de la Primera B que dirigía el recordado Ángel Labruna.
Una mañana, Cocco y Veglio se presentaron en el entrenamiento y el «Feo» Labruna les gritó: «Ustedes dos no vengan más a entrenar». Ambos se quedaron petrificados, con lágrimas en los ojos, antes de recibir una noticia mejor: «Los saco del equipo porque fueron vendidos a San Lorenzo».
En Boedo se juntaron los destinos de Cocco y Veglio para integrar en 1968 un equipo sensación, «Los Matadores», de la mano del brasileño Elba de Pádua Lima, más conocido como «Tim».
Como el enorme Roberto «Oveja» Telch era el dueño del centro de la línea media y Cocco jugaba en ese puesto, Tim le dijo una tarde a Victorio: «Usted va a jugar por Héctor Veira, que no corre. Irá por la izquierda, al lado de Telch, porque tiene marca y es combativo».
Cocco, un especialista en goles de «cabeza», sintió «un respaldo tremendo» apenas Tim le confirmó que iba a ser titular. «Ayude a recuperar la pelota, pero cuando la tiene suba sin miedos para lastimar al rival», fue la indicación del brasileño, rememora Cocco en diálogo con Télam.
El santafesino Victorio Nicolás Cocco, uno de los integrantes de los míticos «Matadores» del 68 de San Lorenzo, primer campeón invicto del fútbol local, afirmó sin pudor, a 52 años de aquella conquista, que ese cuadro del club de Boedo «fue el mejor equipo de la historia del fútbol argentino» y bajó la persiana.
Cocco, hoy director de la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino (ATFA), nació en Santa Fe capital, el 23 de marzo de 1944, pero a los ocho años se afincó con sus padres y siete hermanos en la ciudad de San Lorenzo, al sur de la provincia y ahí dio sus primeros pasos como futbolista.
«Por eso me hice hincha de San Lorenzo, de muy pequeño» le confesó a la agencia de noticias Télam el ex volante por izquierda, que tuvo como primer club a Unión de Santa Fe, donde hizo las inferiores jugando de «cinco» o «volante tapón».
En 1966 tanto Unión de Santa Fe y Deportivo Español ascendieron a Primera División. Cocco, por el cuadro santafesino, y Carlos «Toti» Veglio, por Deportivo Español, integraban la selección de la Primera B que dirigía el recordado Ángel Labruna.
Una mañana, Cocco y Veglio se presentaron en el entrenamiento y el «Feo» Labruna les gritó: «Ustedes dos no vengan más a entrenar». Ambos se quedaron petrificados, con lágrimas en los ojos, antes de recibir una noticia mejor: «Los saco del equipo porque fueron vendidos a San Lorenzo».
En Boedo se juntaron los destinos de Cocco y Veglio para integrar en 1968 un equipo sensación, «Los Matadores», de la mano del brasileño Elba de Pádua Lima, más conocido como «Tim».
Como el enorme Roberto «Oveja» Telch era el dueño del centro de la línea media y Cocco jugaba en ese puesto, Tim le dijo una tarde a Victorio: «Usted va a jugar por Héctor Veira, que no corre. Irá por la izquierda, al lado de Telch, porque tiene marca y es combativo».
Cocco, un especialista en goles de «cabeza», sintió «un respaldo tremendo» apenas Tim le confirmó que iba a ser titular. «Ayude a recuperar la pelota, pero cuando la tiene suba sin miedos para lastimar al rival», fue la indicación del brasileño, rememora Cocco en diálogo con Télam.
En el debut por el campeonato Metropolitano ’68, San Lorenzo goleó a Atlanta 5-1, con tres tantos del misionero Rodolfo Fischer y dos de Cocco, el primero de cabeza «por un gran pase del ‘Bambino’ Veira».
Coco, con una memoria prodigiosa, recordó: «En la primera charla con el plantel, Tim nos dijo: ‘yo quiero que tengamos la pelota porque si la tenemos vamos a ganar’. Era un técnico espectacular, no hacía indicaciones tediosas. Daba mucha confianza y en los entretiempos hacía pequeños retoques».
Como claves de aquel equipo campeón de San Lorenzo, Cocco destacó que «la defensa era una muralla, con el ‘Sapo’ (Sergio) Villar subiendo todos los tiros; el tucumano (Rafael) Albrecht, que sacaba de abajo y de arriba, y ni hablar de (Oscar) Calics y (Antonio) Rosl. En el arco, ‘Batman’ (Carlos) Buttice nos salvaba las papas con sus voladas».
Y desgranando al resto del equipo, Cocco repasó: «Telch patrullaba y cortaba todo; (Oscar) Rendo tenia una tremenda dinámica, (Miguel Ángel) Tojo, mucho panorama. Después había calidad con Veira, velocidad con Pedro González, exquisitez con Veglio y la ‘polenta’ con el ‘Lobo’ Fischer».
El partido semifinal del Metro ’68 fue ante River en la cancha de Racing y San Lorenzo ganó 3-1 con goles de Pedro González, «Toti» Veglio y Cocco, que marcó el segundo con un tremendo zapatazo a uno de los ángulos del arco que defendía el gran Amadeo Carrizo.
«Yo venía arrastrando una pubalgia, una lesión muy traicionera, y me llevaron a un médico que sabía mucho de eso, para aplicar una infiltración. Así fue: la noche anterior al partido me infiltré, al otro día amanecí bien y pude hacer ese gol», recordó.
«‘Toscano’ Rendo me cruzó una pelota de derecha a izquierda, avancé unos metros, la pierna de la pubalgia me tiró un poquito pero igualmente saqué un disparo tremendo e hice el segundo gol«, evocó.
El Estudiantes de Osvaldo Zubeldía, que meses antes había ganado la primera Copa Libertadores de América, esperaba en la final después de eliminar a Vélez. Juan Ramón «La Bruja» Verón puso en ventaja al «Pincha» al comienzo del segundo tiempo pero Veglio empató después y forzó una prórroga para la definición, en la que el «Lobo» Fischer hizo el gol de la consagración. Fue el 4 de agosto de 1968 en el estadio Monumental. Hoy se cumplen 52 años. (Télam).