Unidad Ciudadana al frente del realineamiento del peronismo rionegrino/Por Omar Nelson Livigni
El peronismo provinciano ha ingresado en un nuevo estadio a partir del 7 de abril próximo pasado, después de la derrota electoral que le infligió el oficialismo de Juntos Somos Rio Negro (JSRN).
Se producirá en su ámbito un verdadero giro copernicano con el lanzamiento de Unidad Ciudadana, el partido creado por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que será el indiscutido vértice de conducción del Frente para la Victoria (FpV).
Un verdadero “primus inter pares” sobre el PJ y demás organizaciones y organizaciones políticas que lo componen.
El nacimiento de la nueva organización que ya tiene vigencia en distintas provincias se realizará en San Carlos de Bariloche, toda una señal a favor de la dirigencia lugareña, especialmente la actual senadora Silvina García Larraburu, que a pesar de haber llegado al Congreso de la mano del senador Miguel Pichetto, se encolumnó con CFK cuando el rionegrino reniega de la gestión de la expresidenta y asume una postura dialoguista y de apoyo a varias leyes del macrismo.
Ese proceso que viene y en alguna manera ha puesto en “disponibilidad” las jerarquías partidarias en el peronismo vernáculo, se ha visto ratificado exactamente el siete de mayo último en la asamblea realizada en el Instituto Patria de la Ciudad de Buenos Aires, donde la dirigencia rionegrina convocada tomó nota de que entre otros factores, los deficientes guarismos electorales obtenidos aquí imponían replanteos y un drástico antes y después.
El encargado y responsable de la reciente convocatoria fue el ex secretario general de la Presidencia de la Nación, Oscar Parrili, por encargo directo de CFK quien trazó los objetivos a cumplir con vistas a las elecciones nacionales.
Unidad Ciudadana debe mostrarse abierta a toda la sociedad, no mirando solo al peronismo, sino también a otros sectores, como a los productores y los empresarios. En cuanto a la nueva metodología en el ejercicio del poder, será de arriba hacia abajo. Las conducciones de los distritos se ocuparán del manejo de las cuestiones locales y/o municipales, mientras las de mayor relevancia pasarán a ser consideradas en Buenos Aires.
En Unidad Ciudadana habrá un nivel de conducción de la mayor jerarquía, integrado por CFK y otros cuatro dirigentes del orden nacional pertenecientes a los partidos que la integran, quienes serán los máximos referentes.
Estos adelantos forman parte de lo que sería, por lo menos durante la campaña electoral, la completa subordinación de las medidas o criterios provinciales -con excepción de las de carácter municipal o locales- a la supervisión de las decisiones políticas de Cristina Fernández de Kirchner.
Lo mismo, se informó, sucederá con las candidaturas a diputados y senadores nacionales, que deberán tener el aval de CFK. Otra cuestión que no ofreció ni la más mínima objeción por parte de los dirigentes convocados.
Desde el punto de vista ideológico los dirigentes nacionales -no habrá otros oradores- que pronunciarán los discursos en el acto del 31 de mayo en Bariloche, ratificarán la ubicación política en el ámbito del campo nacional y popular, sumando ahora a las distintas expresiones del progresismo o de la centro izquierda que durante los gobierno kirchneristas fungieron más con la oposición de derecha, basta recordar el denominado Grupo A en el Congreso.
Destacarán también los logros mas salientes de los doce años de gobiernos cumplidos por el matrimonio Kirchner.
Es decir que el realineamiento que significara la preeminencia de Unidad Ciudadana tendrá como resultante la unificación del mensaje hacia adentro y hacia afuera del movimiento que pretende reconquistar nuevamente el poder en Rio Negro y en el orden nacional.
El radicalismo nacional busca definiciones
El próximo 27 de mayo se realizará en Buenos Aires la convención de la UCR, el máximo organismo del tradicional partido para decidir rumbos en el capitulo político que se aproxima y si sigue o no integrando Cambiemos.
El titular del Comité Nacional, Alfredo Cornejo, viene proponiendo sumar a Cambiemos el peronismo alternativo, idea que surgió tiempo atrás Martín Losteau.
El gobernador Gerardo Morales encabeza el lote de radicales que no discute la candidatura del presidente Macri para la reelección. El ex ministro del Interior de Fwrnando De La Rúa, Federico Storani, lidera ahora al grupo crítico del gobierno nacional junto a Ricardo Alfonsín, y propone un frente superador y apoya la candidatura de Roberto Lavagna. Todo está por verse en el radicalismo nacional.
El ocaso de la UCR Rio Negro
Aquí en la provincia la UCR está en crisis. Atraviesa un proceso de disolución y profunda decadencia después de haber ejercido el gobierno durante 28 años consecutivos, lapso donde resultó ser una fuerza política imbatible.
Pero una sucesión de serios errores, algunos cometidos en el ejercicio del poder, así como la resistencia, pese al esfuerzo de algunos dirigentes, a generar un amplio recambio de nombres demasiado repetidos que aún perduran en cargos de la estructura, han llevado al radicalismo al descrédito.
Por esa sumatoria de hechos la UCR se ha convertido en una insignificante minoría sin ninguna gravitación en la sociedad provinciana y con pronóstico reservado sobre su viabilidad futura. Impuso la candidata a gobernadora a la alianza Cambiemos el pasado 7d e abril y sólo obtuvo poco más del cinco por ciento de los sufragios.
Ha perdido el sentido primario de la solidaridad partidaria cuando, a la vista de todos, dirigentes radicales, entre ellos algunos intendentes, no sólo llamaron a votar en contra de la candidata Lorena Matzen, sino que se pasaron con armas y bagajes a las filas del partido del gobernador Alberto Weretilneck.
Hace cuatro años la UCR había obtenido un solo legislador provincial y en los recientes comicios de abril para el periodo 2019-2023 ninguna de las 46 bancas en juego pertenecerá al radicalismo -fue electo Juan Martin del PRO por ocupar el primer lugar de á sábana-, un verdadero oprobio para un partido histórico con riquísimo pasado institucional y parlamentario.
Este insólito fenómeno digno de los más expertos analistas de las ciencias políticas ocurre en un partido cuyos hombres tuvieron reconocida importancia desde la época de los territorios nacionales hace casi ochenta años, participando en las primeras líneas de las luchas cívicas contra el fraude, por el federalismo, reclamando la provincialización del viejo territorio, o promoviendo la defensa de los derechos humanos y la democracia.
Los radicales contribuyeron en forma decisiva en la fundación de la novel provincia en 1957, con amplia mayoría en la redacción de su primera constitución y brindaron prestigiosos gobernadores al nuevo estado naciente así como diputados y senadores que se destacaron en el congreso nacional.
Después del terremoto electoral del 7 de abril las autoridades del comité central de la provincia aparecen sumergidas en un insondable mutismo y sólo se puede apreciar en algunos de sus principales dirigentes una indómita voluntad de seguir permaneciendo en los sitiales de un partido político vaciado e inerte. ¿Será un misterio la razón que los mantiene allí inamovibles?
A propósito, en estos días que corren, un afiliado radical, creador de graffitis, Adrián Acejo, cuyas inscripciones por los paredones de Viedma tienen la virtud de exhumar y sacudir muchas de las hipocresías propias de esta capital de provincia, apuntó sus cañones a la situación del radicalismo comparándolo con el Titanic. Lo hizo a través de una carta de los lectores publicada por el diario “Río Negro” solicitando directamente al propio titular de la UCR de Río Negro, Darío Berardi, su renuncia al cargo.
Esa simple y sintética esquela resume el estado de ánimo de los radicales rionegrinos que ante el principio de lo que puede ser el ocaso definitivo del partido, si no hay reacciones, recuerdan todavía aquello de Leandro Além, la inmortal consigna “que se rompa, pero que no se doble”. (APP)