26 marzo, 2025

Un acuerdo político legitimado y a la luz del sol/Por Omar Nelson Livigni

Una  esperada visita de algunas horas a Viedma, el jueves último, fue la culminación de un trabajoso acuerdo político entre el gobernador Alberto Weretilneck y el senador Miguel Pichetto, que oficializó el destino cierto de una futura banca senatorial para el mandatario rionegrino y una promesa de formal apoyo a la formula presidencial que alienta la Casa Rosada para los comicios de octubre.

Estas conclusiones fueron posibles gracias a la puesta en marcha de los operativos que se cumplieron  en un conjunto de provincias diagramados por el senador Pichetto y con el apoyo del máximo nivel nacional. 

Así evitaron que en los distintos distritos, entre ellos Río Negro, los candidatos al senado fueron “pegados” a la boleta Macri- Pichetto en la boleta de Juntos por el Cambio.

Una situación similar se dio en la vecina Neuquén donde para que el intendente radical de la capital Horacio “Pechi” Quiroga llegue a una banca en el congreso se dejó sin chance al también radical Juan Peláez.

Tal es así que Pichetto agradeció públicamente al radical Marcelo Cascón su gesto de renunciar a la postulación al senado y abandonar el trámite de apelación ante la Justicia Federal.

El sinceramiento de los discursos

El ministro del interior Rogelio Frigerio, pero principalmente el gobernador Weretilneck y el senador Pichetto, abordaron de frente y sin recursos retóricos innecesarios el eje y la esencia del acuerdo político e institucional que han venido cimentando en los últimos años.

Pero no dejaron de lado las reciprocidades de ese entendimiento incluso personal, trasladando los consensos al crudo escenario de la política.

Pichetto, el invalorable nexo entre el gobierno rionegrino y la Casa Rosada,  hoy figura clave en el actual escenario, nacional, se adjudica ya en su haber que Weretilneck proseguirá su su carrera pública en el parlamento nacional. “Con Alberto en el senado seremos imparables”, remarcó el  integrante de la formula presidencial con Macri.

Por su parte Weretilneck además de los gestos amistosos y cordiales con Pichetto trató sin éxito de separar su condición de gobernador y de  titular de la presidencia de Juntos Somos Rio Negro (JSRN), de la contundente manifestación de apoyo a su candidatura a vicepresidente de la Nación.

Esa actitud tiende a dejar atrás el convencimiento que los partidos provinciales deben ser asépticos y refractarios a comprometerse con cuestiones nacionales, tal como lo ha hecho en otras oportunidades el Movimiento Popular Neuquino (MPN).

Todas esas condiciones que recaen  en su persona conforman una unidad  imposible de distinguir e individualizar y resultan inescindibles.

Por esas y otras razones menos visibles pero igualmente obvias, resultó muy acertado presentar bajo la luz del sol, “urbi et orbi”, este acuerdo seguramente llamado a cumplir una buena performance  en los ultra polarizados comicios que vienen.

Singular visita afectiva y de reconocimiento a Remo Costanzo

El domicilio de Remo Costanzo, una cómoda casa con  una nutrida biblioteca, o mejor dicho, una muy nutrida biblioteca con una casa, fue el jueves pasado el escenario  de un cordial reencuentro político compartido entre el anfitrión, el senador nacional Miguel Pichetto y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.

La original tertulia tuvo lugar después de un acto oficial en “Los Aromos”, entre las 14.30 y las 15.30, cuando un  sector   de la comitiva oficial se desprendió de la caravana y accedió al domicilio de avenida 25 de Mayo, casi esquina Sarmiento, donde el arribo de los visitantes generó complicaciones en el tránsito y movilidad a los desprevenidos transeúntes en esa área de la ciudad.

Fueron los prolegómenos  de una reunión informal, una charla entre amigos, que se prolongó casi una hora  que tuvo mucho de reencuentro, pero también de reconocimiento, a un veterano dirigente que dedico con intensidad los mejores años de su vida al  quehacer político rionegrino.

Es que la  prolongada participación de Remo Costanzo en esa actividad se remonta ininterrumpidamente a la universidad de La Plata donde inició su camino en la intransigencia radical y después en el desarrollismo integrando el gobierno de Edgardo Castello en el tiempo inicial de la provincia.

En la década del 70 ingresó al justicialismo, fue senador nacional y en tres oportunidades candidato a gobernador.

Años atrás sus discrepancias con los gobiernos del matrimonio Kirchner lo llevaron a coincidir con la  administración del presidente Mauricio Macri desde una posición independiente, y alejado de la actividad política activa, pero identificado con el rol que esta cumpliendo el senador Pichetto en la política nacional.

En la evocación de su protagonismo a que lo motivaron los desordenados interrogantes de sus interlocutores, recordó entre otros numerosos episodios el hecho insólito de no haber sido gobernador por  una mínima diferencia de sufragios por la deslealtad electoral de un sector interno  de su propio partido. “Son cosas de la  vieja política”, dice hoy con serena resignación.

Por otra parte se sabe que en un libro de su autoría en lenta preparación, Remo Costanzo abundaría sobre algunas causales todavía desconocidas de aquel sospechoso resultado electoral.

Aprovechando que la conversación compartida incursionó por el pretérito rionegrino y la presencia del ministro Frigerio,  exhibió  cartas recibidas de Arturo Frondizi y de Rogelio Frigerio, este último el abuelo del alto funcionario nacional presente que escuchaba atentamente las referencias del dueño de casa.

Algo similar sucedió en el transcurso de este diálogo múltiple,  con Miguel Pichetto su antiguo conocido, quien reveló haber sido aliados y adversarios, “pero la sangre nunca llegó al río”,  en  el siempre  difícil acontecer del justicialismo. “Hoy las vueltas de la política y la vida nos encuentran enrolados en el mismo proyecto para un país futuro”, señaló el anfitrión.

También surgieron fotografías y anécdotas de las épocas de las internas de Remo con el gobernador Mario Franco, cuyo hijo Jorge integra actualmente el equipo político de Pichetto y fue uno de los asistentes a los diálogos principales.

Remo fue integrante del gabinete de aquel gobierno e impulsor del reconocido plan de salud de la época, desde la Secretaria de Planeamiento. “Los peronistas nunca reivindicaron aquel plan de gobierno como hubiera correspondido”, se empeña en comentar como lo hace habitualmente  con cierta tristeza.

La última imagen ampliada que se apreció fue de una reunión de gabinete que presidia Juan Perón y reunía en torno a una mesa al ex ministro José Bel Gelbard, al gobernador Mario Franco y a Remo Costanzo como secretario de planeamiento.

Como se podía suponer, no hubo ausentes en comentar el fenómeno de la renovación peronista en Río Negro, con la llegada a Viedma de dirigentes como De la Sota y Cafiero y otros sucesos del pasado que signaron una época no tan lejana.

Pero  las charlas no se detuvieron en un viaje al pasado que aislado de sus fechas, contextos y actores hubiera sido un ejercicio estéril. Al contrario, sobre volaron este inquietante presente y sus factores condicionantes.

Y uno de los ejes de análisis más gravitantes fue la necesidad de la incorporación de ideas modernas al debate público para transformar la realidad del país, reconquistar la consideración y respeto de la sociedad.

Todo lo que se dijo en esa reunión de formato comprimido por lo reducido del tiempo podría sintetizare en la necesidad de superar los enfrentamientos del pasado, practicar la autocrítica individual y colectiva para enmendar errores y posibilitar nuevas formas de hacer política.

Hasta pareció obvia la consigna de superar la fuerza de la grieta que nos hace prisioneros de una lógica perversa.

Había llegado la hora de la despedida. Pichetto y Frigerio regresaron a Buenos Aires.

El paseo de “Los naranjos” recuperó su ritmo normal y los vecinos siguieron comentando la presencia de los notables del gobierno nacional en la zona.

Remo Costanzo todavía sorprendido por la distinción de que fue objeto sonreía complacido y saludó con un brillo especial en sus ojos, desde la intransferible experiencia humana de una vida intensa y  sus vitales 85 años. (APP)