Río Negro: Panorama desolador en la UCR/Por Omar Nelson Livigni

No fue novedoso lo sucedido en la reciente Convención Nacional de la Unión Cívica Radical (UCR), a tal punto que se conocía el texto del documento final con sus conclusiones antes que finalizara el resultado de la asamblea, donde decidieron seguir en Cambiemos y se expusieron y debatieron posiciones de todas las expresiones partidarias.
Los “boinas blancas” resolvieron allí el mandato de reformular y ampliar la alianza, la exigencia de incidir en la estrategia electoral y el reclamo de un mayor protagonismo en las decisiones del gobierno nacional.
Ahora se abrirán las negociaciones con el macrismo y eventualmente con otros partidos por intermedio de una comisión de acción política con esos fines.
Mientras tanto el radicalismo rionegrino sigue inmerso en su preocupante panorama de los últimos años, con el perfil de un partido sin conducción y en un pronunciado declive.
En las recientes elecciones provinciales la UCR con la sumatoria de los votos del PRO y la CC/ARI sólo logro obtener poco más del 5 por ciento de los votos. Es decir que desde aquella fatal elección provincial de 2015 donde alcanzó el 3,10% logró crecer poco más de 2% con la ayuda de dos fuerzas adicionales en los últimos cuatro años.
En mayo próximo pasado fueron a elecciones una primera parte de municipalidades rionegrinas. En la localidad de Los Menucos, Mabel Yahuar de, antigua filiación radical, se impuso por quinta vez como intendenta, pero esta vez representando a Juntos Somos Río Negro (JSRN), denunciando “reiterados destratos” por parte de la cúpula de su expartido, que no presentó candidatos. La UCR no presentó listas tampoco en El Bolsón y Campo Grande.
Ahora, el 23 de junio llega la segunda tanda de elecciones comunales, donde este declinante radicalismo sobre 13 localidades no se presentará en cinco, lo hará en alianzas que reniegan del rótulo de Cambiemos en dos municipios, reemplazándolo por otros – por ejemplo en Fernández Oro usará el “Todos Somos Oro”-, y participará en apenas seis localidades con el sello UCR.
De 16 elecciones municipales –finalizadas y en proceso- la UCR no se presentó –sola o en alianza electoral- en 8, es decir la mitad de los comicios.
Es ilustrativo entonces ofrecer un rápido relevamiento de deserciones y presentaciones que tendrá este mes la UCR a lo largo y lo ancho de la provincia:
Cipolletti: Allí se fracturó Cambiemos y concurre el PRO separado de la UCR, que en el plano local se ha comportado como oposición a Aníbal Tortoriello y se lo avisora como cuarta o quinta fuerza para el 23J.
En General Roca también habrá ausencia radical, no presentará lista por un “acuerdo” con JSRN, cuyo candidato será Andrés Barresi. Primera vez desde 1983 que la UCR no presenta candidatos locales.
En Allen, estará el comicio más difícil, pero se hará presente la UCR con la candidatura de Gustavo Ortiz, la CC/ARI con el radical Armando Gentili, y el PRO lleva a Martin Cabo. O sea, Cambiemos partido en tres.
En Jacobacci la UCR irá con la histórica lista 3, buscando la reelección de Carlos Toro, y deberá confrontar con JSRN que llevará a la legisladora Sandra Recalt y con el Frente para la Victoria (FpV) con Marcela Castañeda.
En Maquinchao Silvana Pérez buscará la continuidad con el sello de la UCR tras completar el mandato del fallecido intendente Marcos Pérez, mientras que por JSRN será la representante Silvina Frías y por el FpV Alberto Catriel.
En Ñorquincó, los radicales irán con su la lista 3 que llevará en primer lugar a su correligionario, el intendente Félix Moussa, que va por la reelección, y enfrentará a la ahora exradical Corina Toledo, actual integrante del Tribunal de Cuentas de ese municipio, por JSRN y el tercero en disputa es el FpV con Mónica Vergara.
En Cervantes estará la UCR pero integrando un Frente “Todos por Cervantes”, con Guillermo Valenzuela y allí la intendenta Claudia Montanaro será la representante del FpV, mientras que Gabriel Amaro será candidato por JSRN y Mario Maglio lo hará por “Unidos Por Cervantes”, en tanto que en Fernández Oro el jefe comunal Mariano Lavín, radical, conformó el frente “Todos Somos Oro” y compite con el ex intendente Juan Reggioni (FpV) y Marcelo Laje (Río).
En Chimpay, el dirigente Hugo Funes, actual intendente radical, irá como candidato por lista 3 compitiendo con el FpV. Tanto en esta localidad como en Fernández Oro -ya había sucedido en El Bolsón- con un guiño oficialista JSRN no presenta candidatos.
En Sierra Colorada, Mainqué, Luis Beltrán, Ramos Mexía, Enrique Godoy y Contralmirante Cordero y Barda del Medio no participará del comicio la UCR.
Es evidente que el viejo radicalismo tiene una dirigencia incompetente, con algunas muy honrosas excepciones, que no puede evitar revertir el plano inclinado de su decadencia, sin advertir que a este paso se convertirá en una expresión política reducida en el mejor de los casos a los ámbitos municipales, convirtiéndose cada comité local en una especie de “partido vecinal”, sin vigencia provincial.
PJ/FpV: Las disputas por las candidaturas
La suspensión del acto de lanzamiento formal de Unidad Ciudadana en la provincia el 31 de mayo en Bariloche, donde iban a estar presentes Alberto Fernández y Máximo Kirchner, obedeció al clima casi beligerante postelecciones del 7 de abril y anticipo de la lucha por las candidaturas a cargos electivos nacionales para las PASO y octubre.
Por lo menos para evitar que alguno sacara ventaja o lograra un mejor posicionamiento para esa meta del tramo provincial de la lista nacional.
Lo cierto es que casi al unísono ya hay varias candidaturas lanzadas en función de la renovación de tres diputados y tres senadores nacionales, donde, como suele pasar, los que terminan sus mandatos quieren reelegir.
La actual senadora Silvina García Larraburu aspira a permanecer en la Cámara Alta presentándose como nueva interlocutora ante la expresidenta Cristina y la que marcó los errores que llevaron al FpV a ser derrotado el pasado 7 de abril, más allá de su experiencia legislativa.
Martín Soria, presidente del PJ, a pesar de la frustración de su aspiración a llegar a la gobernación, puede igualmente mostrar que cuenta con 160 mil votos para defender su deseo de ocupar una banca en el Congreso, probablemente en Diputados más que en Senadores, lo que fortalecerá además si su hermana María Emilia Soria mantiene el bastión de General Roca el próximo 23 de junio.
El actual diputado nacional Martín Doñate quiere seguir en su banca, mostrando la consecuencia de su identidad con el kirchnerismo desde un primer momento y su protagonismo en el Congreso.
También Silvia Horne del Movimiento Evita quiere seguir en el parlamento, pero ya no como diputada sino como senadora nacional, con la consigna “Con la dignidad de las y los trabajadores”, y un fuerte lazo con los movimiento sociales y el feminismo popular.
La actual senadora Magdalena Odarda, después de su integración al FpV en las últimas elecciones como compañera de fórmula de Martín Soria, aspira también a continuar en el Congreso, en base al lazo alcanzado con el roquense y su hermana, un protagonismo y producción de proyectos en el Congreso significativo y como señal de la amplitud que pregona la fórmula del Frente Patriótico Fernández-Fernández para derrotar al macrismo. Esta eventual candidatura choca con muchas voces del justicialismo que marcan que fue nulo o escaso su aporte electoral el pasado 7 de abril, empezando por la propia Larraburu que la coloca como la principal muestra de lo que considera una estrategia equivocada de Soria.
Posiblemente aparecerán otras aspiraciones y el argumento de una equilibrada representación provincial en las candidaturas, saliendo un poco de los personalismos, por ejemplo el legítimo reclamo desde Viedma que a pesar de ser la capital cada vez más es relegada de candidaturas importantes y tanto la representación rionegrina en el Congreso actual como la nueva conformación de la Legislatura provincial es reflejo de esto. Sí, es claro, que las definiciones se tomarán seguramente en la Ciudad de Buenos Aires.
Respecto al “pichettismo” provincial ya se sabía desde un primer momento que no iba a jugar con ninguna opción de unidad del peronismo con el kirchnerismo y la apuesta está en una lista de Alternativa Federal con su réplica a nivel provincial. La declinación de Cristina a la candidatura presidencial y colocarse como vice de una fórmula encabezada por Alberto Fernández impactó especialmente en ese peronismo que se quería presentar como alternativo “a la grieta”, quitándole chances reales de ser competitivo.
El consenso que está alcanzando en el peronismo la fórmula Fernández-Fernández, el encolumnamiento que en la provincia de Buenos Aires, especialmente en el conurbano, se ha dado tras la fórmula Kicillof-Magario que arranca con un alto piso de proyección electoral, el paso al costado del exministro Roberto Lavagna respecto a compulsar en las PASO con otros postulantes de Alternativa Federal y el posible acuerdo al que arribe Sergio Massa –el que tiene más votos de ese sector del peronismo no kirchnerista- con Alberto Fernández y Cristina Kirchner, deja sin chances a esa vía intermedia a la que aspiraba Pichetto.
Por eso no es casual que ya hasta el gobernador Alberto Weretilneck, pragmático como es, por la dudas se haya acercado a Alberto Fernández, cuando no hace mucho elogiaba la construcción del llamado en ese entonces Peronismo Federal. (APP)