19 abril, 2025

Elecciones provinciales: victoria de los oficialismos, derrota de la grieta

A 60 días del vencimiento del plazo para la inscripción legal de los frentes electorales, el puñado de elecciones provinciales que ya tuvieron lugar en el marco del extenso calendario electoral va trazando una tendencia con potenciales repercusiones en el escenario nacional. Si bien se trata de —hasta ahora— distritos con baja densidad poblacional y peso en el padrón nacional, lo cierto es que en las cinco contiendas el resultado fue el mismo: ganaron los oficialismos o perdió la grieta.

En estos últimos dos meses antes de que la inscripción de frentes electorales esté cerrada y se acaben las especulaciones en torno a los armados electorales, los dos espacios más convocantes a nivel nacional tienen la oportunidad de analizar los resultados electorales a nivel subnacional para trazar estrategias más eficientes en este largo camino a las PASO del 11 de agosto.

Cinco elecciones para aprender de sus resultados

La indagación por el saber marcó desde tiempos antiguos el rasgo característico de la humanidad. En Edipo Rey, por ejemplo, el protagonista se embarca en una búsqueda por el conocimiento —nada más ni nada menos que sobre su propio origen—, convirtiendo el pasado y las incógnitas que se despertaron en el motor de su travesía, sacándolo de la comodidad del palacio donde reinaba y llevándolo a toparse con la desaventura y posteriormente con el exilio.

Aun tras casi 2500 años de su publicación, la clásica obra de Sófocles nos da varias lecciones que pueden ser aplicadas a la contienda electoral actual. La más importante es la imprescindible necesidad de conocer y estudiar aquello que ya ha pasado, porque en definitiva es lo que nos puede decir algo de nuestro presente y, más importante todavía, de nuestro futuro. La segunda lección es que el conocimiento conlleva inexorablemente riesgos: el más importante es, sin dudas, qué hacer con aquello que dilucidamos.

Lo cierto es que en la antesala de una nueva contienda electoral —esta vez en la provincia de Entre Ríos—, las elecciones provinciales están arrojando un panorama complejo y para muchos desconcertante. Quizás más aun de lo que auguraban los especialistas en análisis político, pero los resultados están ahí, hablándoles a quienes quieran o sepan escucharlos.

Elecciones locales, ¿aprendizajes nacionales?

Como esgrimía el decano de la consultoría política, Joseph Napolitan, «cada campaña es diferente», es decir que cada contexto, cada candidato, cada resultado, es diferente. Tomar la parte como representativa del todo es un error casi idéntico al de tomar el todo como explicativo de todas las partes. Sin embargo, algo se repite en cada una de las contiendas provinciales que ya tuvieron lugar.

La tan mentada grieta a nivel nacional, que ciertamente ha sido alimentada tanto por el kirchnerismo como por Cambiemos, no ha jugado un rol protagónico en las elecciones provinciales. Al mismo tiempo, los oficialismos parecen estar mostrando su tradicional peso a la hora de buscar las reelecciones. Así, no solo están ganando quienes ya gobiernan, como en el caso de Sergio Uñac (San Juan), sino también los, como se conocen en la jerga politológica, «delfines políticos» de quienes gobiernan, como Arabela Carreras (Río Negro).

El año electoral que comenzó tempranamente en febrero con la contienda de La Pampa nos está dando interesantes lecciones de cómo está votando el electorado en los distritos. En la última fecha del largo calendario electoral, que tuvo lugar en Chubut y Río Negro el pasado fin de semana, la tendencia observada en las campañas precedentes se repitió: ganan los oficialismos o pierde la grieta.

Si bien cada coyuntura amerita un análisis propio y detallado, en términos generales se observa una clara tendencia, ante lo que cabe preguntarse: ¿Tendrá el peso de los oficialismos un correlato a nivel nacional? ¿La grieta tendrá en el escenario nacional una gravitación que parece no tener en las provincias?

Oficialismos que ganan: San Juan, Río Negro y Chubut

En el grupo de los oficialismos ganadores están Sergio Uñac (San Juan), Arabela Carreras (Río Negro) y Mariano Arcioni (Chubut).

Tanto en San Juan como en Río Negro el triunfo del oficialismo fue contundente. Sergio Uñac logró imponerse con 50% de los sufragios, marcando su continuidad al frente del Ejecutivo provincial y una clara intención de ir escalando posiciones dentro de la estructura del peronismo nacional. A esto último le acompaña una nueva incógnita: ¿Buscará posicionarse para lanzar una candidatura propia, impulsar la de Cristina o la de un tercero no kirchnerista?

En el caso de Río Negro, quien ganó no fue el gobernador sino su delfín político. En la biblioteca de ciencia política se suele reconocer cierta tendencia o favoritismo a que quienes gobiernan ganen elecciones. Ahora bien, cuando quien ejerce el poder ya cumplió sus mandatos constitucionales, la historia es otra. El último tramo de un gobierno suele caracterizarse por cierta debilidad —conocida como «efecto de pato rengo» —, la cual puede incluso alterar el resultado de los comicios, propiciando un cambio de color político. Esto no pasó en la provincia patagónica, en donde Arabela Carreras, candidata del gobernador Alberto Weretilneck, obtuvo el 52% de los votos, dejando a 27 puntos de distancia a Martín Soria, el candidato alineado con el kirchnerismo e hijo del ex gobernador; y aún más lejos a Lorena Matzen, quien contaba con el apoyo de Cambiemos, pero que sin embargo obtuvo tan solo el 5% de los sufragios.

En Chubut el resultado amerita más interpretaciones. Mientras el actual gobernador, Mariano Arcioni, obtuvo en las PASO el 31,8% de los votos como único candidato, este resultado lo posiciona segundo, tras el 33% obtenido por la sumatoria de competidores dentro de la interna peronista: Carlos Linares (16,6%), César Mac Karthy (12,8%) y Héctor Burgoa (3,26%). Como cabe siempre recordar, en política uno más no siempre da dos y el resultado obtenido por cada uno de los candidatos del peronismo puede dispersarse hacia Arcioni o incluso hacia Cambiemos. Lo más lógico sería que el candidato peronista kirchnerista, Linares, conserve el 16,6% que obtuvo como un piso, pero no sería prudente dar por hecho que es el dueño del 33% que ha cosechado el peronismo en su conjunto. Hoy por hoy, el candidato más votado fue el actual gobernador.

Grieta que pierde: Neuquén y La Pampa

En las restantes dos elecciones provinciales, las de Neuquén y La Pampa, se impusieron expresiones locales no alineadas ni con Cambiemos ni con el kirchnerismo. Esto podría llevar a pensar que la polarización que propicia la grieta a nivel nacional parece no ser tan notable a nivel subnacional. El caso más evidente es el de Omar Gutiérrez (Neuquén), quien cosechó casi el 40% de los votos, desplazando al candidato apoyado por Cristina, Ramón Rioseco, al segundo lugar, con el 26% de los sufragios y aún muy por detrás al candidato de Cambiemos, Horacio Quiroga, que apenas acumuló 15% de los votos.

Si bien el resultado de La Pampa fue el que abrió el calendario electoral del año, el candidato del gobernador peronista Carlos Verna, el peronista Sergio Zilloto, no compitió en las PASO porque su candidatura fue consensuada con el resto de los actores del espacio, evitando así las internas. El foco de atención estuvo entonces puesto en la puja que se produjo en Cambiemos, en donde logró imponerse por 30 puntos el candidato del radicalismo, Daniel Kroneberger, por sobre el protegido de Mauricio Macri, el ex futbolista Carlos Mac Allister. En este caso, el dato que reconforta al oficialismo local, y que explica por qué la elección pampeana puede estar dentro de la categoría «grieta que pierde», es que solo participó el 20% del padrón electoral provincial. En otras palabras, Cambiemos no logró condensar en torno a sí un caudal importante de votos.

Los últimos 60 días

La carrera electoral marca una nueva cuenta regresiva. Se trata de los últimos 60 días antes de que la Justicia Electoral reciba la confirmación de las alianzas que competirán en las primarias de agosto de cara a las generales del mes de octubre.

Gran parte de la campaña electoral se definirá antes de la fecha de los comicios. Diría que, llegado ese 12 de junio, muchas de las cartas de triunfo —o derrota— ya estarán echadas. Tras la aparente formalidad legal se esconde en realidad la revelación definitiva del escenario de la contienda presidencial: si Cristina compite, junto a quién lo hará, y quiénes integrarán su espacio; si Cambiemos tiene una reedición en tanto frente electoral —seguramente se defina tras la Convención Radical—; si los radicales lograrán posicionar a un candidato a vicepresidente que les dé mayor protagonismo en Casa Rosada; quiénes representarán el espacio de Alternativa Federal, qué rol tendrá Sergio Massa; dónde jugará —si es que jugará— Roberto Lavagna; entre tantas otras incógnitas.

Hasta el momento, las contiendas celebradas en las provincias introducen dosis de incertidumbre en las estrategias de los dos espacios más convocantes a nivel nacional. Si bien debe recordarse que cada campaña es diferente, todas son importantes, y por ahora ni Cambiemos ni el kirchnerismo hicieron pie en las contiendas provinciales.

Fuente: INFOBAE

Por Gonzalo Arias/
Sociólogo, autor del libro «Gustar, ganar y gobernar» (Ed. Aguilar)