15 octubre, 2024

El Parque Patagonia Argentina se posiciona como un destino ideal para el turismo de naturaleza

Con diversas propuestas de senderismo, deportes en naturaleza, avistamiento de fauna y guiadas geológicas y arqueológicas, este espacio que hace menos de una década era considerado un «lugar de paso» se convirtió en un genuino destino turístico.

Con propuestas de avistamiento de fauna y guiadas geológicas y arqueológicas, el Parque Patagonia Argentina, en el noroeste santacruceño, se posiciona cada vez más como un destino idóneo para el turismo de naturaleza, que invita a experimentar la vida y la cultura silvestre.

La llamada «región del Parque Patagonia Argentina» incluye esa reserva, el Parque Nacional Patagonia y un conjunto de tierras privadas adquiridas por la Fundación Rewilding Argentina, que serán donadas para ampliar el área estatal luego de su renaturalización y cuando cuenten con las condiciones para el acceso público.

Según datos de la Dirección de Turismo de Perito Moreno -la localidad más cercana al Parque-, el número de turistas llegó a quintuplicarse en relación a enero de 2021 en dos de su cuatro portales de acceso: La Ascensión y Cañadón Pinturas.

En el primero de ellos, los ingresos se elevaron de 466 en enero de 2021 a 2.540 en el mismo mes de 2022, mientras que en el Portal Cañadón Pinturas pasaron de 1.000 visitas a 4.500.

«Lo que queda claro es que el turismo de naturaleza tiene un potencial muy fuerte en la poscuarentena y el noroeste de Santa Cruz ofrece esos atractivos, con naturaleza virgen donde todavía no hay masividad de personas», aseguró a Télam Claudio Figueroa, director de Turismo de Perito Moreno.

Respecto del proyecto de restauración de la fauna autóctona puesto en marcha en la región, el funcionario y guía turístico señaló que «está impactando muy bien en el desarrollo local y la gente empieza a ver cada vez más al turismo como una alternativa laboral, por los atractivos que tenemos».

Las tierras de los parques Patagonia Argentina (65.000 hectáreas) y Nacional Patagonia (102.000 hectáreas), así como las de su similar de Chile, en la misma latitud allende los Andes, fueron adquiridas por la Fundación Rewilding y, en los últimos dos casos, ya donadas para crear reservas naturales de gestión estatal.

Un primer atractivo del Parque Patagonia Argentina es la Reserva Natural Silvestre La Ascensión, sobre la ruta provincial 43, que es una ex estancia de 20.000 hectáreas -del mismo nombre- que fue donada por la Fundación y desde 2019 es manejada por la Administración de Parques Nacionales.

Emilio de Paoli, uno de los tres guardaparques de La Ascensión, contó a esta agencia que sus propuestas «son las de un turismo más amigable y en armonía con la naturaleza, algo que se busca cada vez más y que los visitantes disfrutan mucho», Hogar de diversas especies autóctonas, éste es un sitio ideal para el avistamiento de fauna y especialmente de aves como patos, cisnes, flamencos, gallaretas y el endémico macá tobiano, que habita en la meseta del Lago Buenos Aires.


A esta formación, que constituye un oasis en medio de la estepa, se puede llegar mediante una caminata de ocho horas a través de paisajes protagonizados por conos volcánicos, cañadones y llanuras con pastizales.

La Ascensión es la primera área protegida nacional que conserva las mesetas de altura santacruceñas, un ambiente con muchas particularidades y endemismos y que conserva un importante reservorio hídrico que provee de agua a las localidades cercanas, muchas de ellas dedicadas a la producción de frutas finas.

A 54 kilómetros al sur de Perito Moreno por la Ruta Nacional 40, se encuentra el Portal Cañadón Pinturas, una reserva privada de uso público y gratuito administrada por Rewilding Argentina, que también será donada al Parque Nacional Patagonia para brindar una protección máxima al río Pinturas y sus cañadones de hasta 300 metros de altura.

Este portal es además acceso al Parque Provincial Cueva de las Manos, el único atractivo arancelado, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y alberga petroglifos de 9.000 años de antigüedad.

Además de las guiadas arqueológicas hay recorridos geológicas con especialistas que ofrecen panorámicas únicas de una región moldeada por la glaciación y el vulcanismo, como las que se obtienen en el sendero de Tierra de Colores, a metros de la entrada del portal.

El avistamiento de fauna autóctona genera mucha ilusión en los turistas que llegan a la zona del cañadón, a la espera de ver al poco conocido chinchillón anaranjado o especies más comunes como el cóndor andino, los zorros gris y colorado, el piche y, con suerte, el puma, entre otros.

«El turismo de naturaleza propone experiencias únicas que son irrepetibles», expresó a Télam Facundo Epul, un guía de avistamiento de pumas oriundo de Perito Moreno, y aclaró que «esto no es como ver una obra de arte en un museo, que siempre estará igual, sino que acá los turistas vienen a dejarse sorprender por lo que pase en la naturaleza».

La antigua estancia ganadera de Los Toldos fue convertida en el único refugio del Portal Cañadón Pinturas, en el que quienes visitan el parque pueden pernoctar y disfrutar por las noches del observatorio de estrellas.

En la Ruta Provincial 41 hay un recorrido geológico considerado único en Argentina, que conduce a los dos portales restantes: Meseta y Paso Roballos.


En cercanías del Portal Meseta se encuentra el acceso al Parque Nacional Patagonia, que alberga a la Estación Biológica Juan Mazar Barnett, de la organización Aves Argentinas, donde trabajan con las escasas colonias reproductivas del macá tobiano.

La protección de esta especie y el reclamo de vecinos de la localidad de Los Antiguos por el avance de proyectos de minería de oro en la zona hace más de una década fue lo que motivó a la Fundación Rewilding a adquirir estas tierras, donde en 2014, se creó por ley el Parque Nacional Patagonia, con el objetivo de conservar uno de los sitios más importantes de nidificación de esta ave endémica.

Al oeste por la llamada «Ruta escénica» 41, territorios de naturalezanprístina sorprenden con nuevos paisajes al llegar al poco explorado Portal

Paso Roballos, en el límite con Chile, en una zona que promete convertirse
en un destino turístico binacional.


Avistamiento de pumas: una propuesta turística cada vez más popular en el noroeste santacruceño

El avistamiento turístico de pumas en estado salvaje cobra cada vez mayor popularidad en la región del Parque Patagonia Argentina, en el noroeste santacruceño, y se convierte en una «oportunidad única» para revalorizar esta especie y los impactos de su conservación para el ambiente y la economía local.

El Parque Patagonia es considerado uno de los sitios más idóneos para la observación de fauna autóctona, con el puma a la cabeza, dado que al ser un área protegida, sus poblaciones están en proceso de recuperación y cada vez más a la vista de quien visita el lugar.

Con la exitosa experiencia chilena en el Parque Nacional Torres del Paine como ejemplo, jóvenes lugareños comenzaron en el último año a emprender sus propios proyectos de turismo de naturaleza.

Uno de ellos es El Choique Guía, un emprendimiento de avistamiento de pumas encabezado por Facundo Epul, oriundo de de Perito Moreno, quien luego de estudiar Administración de Empresas en la Universidad Nacional de Córdoba, decidió volver a su tierra natal en la estepa patagónica.

Criado en un campo cercano al actual Parque Patagonia, Epul contó que siempre estuvo rodeado de «gente grande, con la que pasé horas charlando y de la que aprendí muchísimo sobre la Pachamama y todo lo que la habita».

«Me sentaba a tomar mates con los viejos y me contaban muchas cosas, algunas verdades y otros mitos, pero todo eso me forjó este camino», relató a Télam.

De aquellos años, cuando el puma era sinónimo de plaga y una amenaza para el ganado y las personas, el joven recordó la obsesión que tenía por encontrarse con uno en todo momento.

«Cuando era chico siempre se decía que era muy difícil encontrar un puma y un poco te terminas obsesionando, imaginándote dónde puede estar, cómo es y cómo encontrarlo», comentó , y aseguró: «Hoy sigo fascinado con los grandes felinos».

El encanto es compartido por las personas que visitan el Parque y hacen con él las visitas guiadas para el avistamiento de pumas, especie que Facundo considera su «favorita», aunque asegura ser un «apasionado» de toda la naturaleza.

La actividad, que incluye tres días y una salida nocturna, puede hacerse por el cañadón del Río Pinturas o por el sendero Koi hasta llegar a la meseta en altura Sumich, de unos 7 kilómetros de largo por 3 de ancho.

El recorrido a campo traviesa por la meseta puede convertirse, a su vez, en un viaje en el tiempo: puntas de flecha, boleadoras de piedra y otras reliquias que se pueden encontrar en el suelo dotan a esta planicie de una importante riqueza arqueológica.

Pese a no estar siempre garantizado el avistamiento, desde el inicio de la expedición -que puede durar largas horas- los visitantes concentran la mirada, alistan sus cámaras y se disponen en un silencio expectante al incierto espectáculo de la naturaleza salvaje.

«¡Ahí está!», exclamó en voz baja el guía al localizar con sus binoculares a Paloma, una hembra de 40 kilos que se escondió con sus dos cachorros, tras lo cual explicó: «Ese es el mecanismo de defensa de los pumas, ellos confían mucho en su poder de camuflaje».

«Los felinos llaman particularmente la atención a las personas y tener la oportunidad de avistarlos es realmente una experiencia única», aseguró Epul, quien obtuvo el certificado de Guía Idóneo a partir de un curso dictado por el Gobierno de Santa Cruz y la Fundación Rewilding.

También resaltó la importancia de que, a partir de esta propuesta turística, se pueda «visibilizar al puma para protegerlo; estas salidas disparan grandes reflexiones en los turistas».

En el momento en que él decidió ir a estudiar a otra provincia, su futuro no prometía más que «cuidar los campos de capitales extranjeros», en una región cada vez más despoblada.

«Hace unos años acá no había ninguna posibilidad de trabajar del turismo con fauna, porque para eso se necesitan espacios muy grandes donde la naturaleza pueda volver a su estado salvaje y antes de este parque no había algo así», recordó.

Expectante por el crecimiento de estas propuestas, Epul concluyó que aquello que antes «era impensado hoy demuestra el potencial de la región». (Télam)