Crece la deuda pública de América Latina
GINEBRA – La deuda pública de los países de América Latina y el Caribe creció durante la pandemia covid-19 y pasó de los cuatro billones (millones de millones) de dólares, registró la ONU Comercio y Desarrollo (Unctad), en un panel de control de esas acreencias que ha divulgado este miércoles 4.
Los niveles de deuda aumentaron desde el inicio de la pandemia en 2020, ya que los países respondieron para fortalecer los sistemas de salud pública, apoyar a las familias y proteger la estructura productiva, lo que llevó a déficits fiscales récord.
Ya en la década anterior, el fin del superciclo de las materias primas -cuya exportación masiva favoreció a las economías de la región- y la desaceleración del crecimiento, junto con déficits fiscales elevados y persistentes, dieron lugar a un aumento constante de los niveles de deuda pública regional.
La deuda pública en la región aumentó así de 2,44 billones de dólares en 2010 a 3,52 billones en 2019, y al cierre de 2022 alcanzó a 4,01 billones. Los mayores deudores son Brasil, con 1,84 billones, y México, con 950 000 millones de dólares.
La deuda pública se refiere a la deuda interna y externa del gobierno general, éste formado por los gobiernos central, estadales y locales, y los fondos de seguridad social controlados por esas unidades.
El incremento fue un patrón generalizado y, en 2022, 19 de 33 países de la región tenían niveles de deuda pública equivalentes a 60 % del producto interno bruto (PIB) o más, en comparación con solo nueve países en 2010.
De ellos, 12 registraron un nivel de endeudamiento de 80 % del PIB o más, en comparación con cinco en 2010. Los mayores aumentos durante el período 2010-2022 se observaron en Venezuela, Suriname, Bahamas, Bolivia y Argentina.
En contraste con la tendencia general en la región, los niveles de deuda pública cayeron en Belice, Granada, Guyana, Jamaica y Saint Kitts y Nevis. Los dos últimos países implementaron grandes consolidaciones fiscales en el contexto de acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La deuda externa, señala el instrumento de la Unctad, es una fuente cada vez más importante de financiamiento para las operaciones gubernamentales en algunos países de América Latina y el Caribe
En la mitad de los países, la deuda externa ha crecido, de 17,5 % a 30,3 % del PIB entre 2010 y 2021, y ese aumento ha supuesto una mayor carga para los ingresos de divisas por exportaciones.
En la mitad de los países, la relación entre deuda pública externa y exportaciones aumentó durante ese período, de 74 a 114,3 %. Ese empeoramiento de la tendencia advierte de que los países enfrentan desafíos cada vez mayores para cumplir con sus obligaciones financieras externas con su capacidad exportadora actual.
Además, la proporción de deuda pública en manos de acreedores no residentes, que incluye a los tenedores de deuda en moneda nacional, aumentó en la región durante la última década, de 23,4 % en 2010 a 32,5 % en 2021.
La proporción de acreedores no residentes aumentó marcadamente durante el período en Chile, Colombia y Paraguay, cada uno con un aumento de más de 20 puntos porcentuales. Los tres países solicitaron préstamos activamente en los mercados financieros internacionales durante ese período.
Otros países que también hicieron un uso extensivo de los mercados internacionales de bonos, como Perú, registraron pocos cambios, ya que la emisión de deuda interna también aumentó. En cambio, la proporción de deuda pública externa disminuyó marcadamente en Guatemala y México.
A pesar de estas tendencias generales, la proporción de acreedores externos en la mayoría de los países de la región se encuentra por encima de los parámetros de vulnerabilidad de alerta temprana del FMI (dentro de un rango de 20 a 60%).
Se destacan la República Dominicana y Paraguay, con una proporción de no residentes de 74 y 89 %, respectivamente.
Los tenedores de bonos privados son los acreedores externos más importantes de América Latina y el Caribe, pues el predominio de los prestamistas multilaterales y bilaterales se erosionó rápidamente en la década de 2010, a medida que la deuda pública externa se concentraba cada vez más en manos de acreedores privados.
La proporción de acreedores multilaterales y bilaterales cayó de un máximo de 33 % en 2010 -tras la crisis económica y financiera mundial de 2008-2009- a 26% en 2021.
La porción de deuda pública externa en manos de acreedores privados es mayor en América Latina que en el conjunto de todas las economías en desarrollo.
La importancia relativamente mayor de los tenedores de bonos de deuda externa es evidente en muchos países: representan más de la mitad de la deuda externa pública total en Argentina, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, México, Paraguay, Perú y República Dominicana.
Los prestamistas multilaterales y bilaterales siguen siendo acreedores importantes para países con acceso limitado a los mercados financieros internacionales, como Bolivia, Haití, Honduras y Nicaragua.
El aumento de los pagos de intereses por la deuda desplaza cada vez más los recursos internos disponibles para la inversión pública y el gasto social. En varios países de la región esos pagos superan el gasto público en salud, educación e inversión.
Puede ser el indicador más claro del sufrimiento del desarrollo causado por los altos niveles de servicio de la deuda, observa la Unctad, hasta el año pasado denominada Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.
En 2021, los gastos públicos destinados al pago de intereses superaron al de educación en Bahamas, Jamaica y Trinidad y Tobago, y equivalieron a 60 % o más del gasto en educación en muchos otros países.
Resultados similares se observan en comparación con el gasto en atención de la salud, donde las proporciones superan el 100 % en Barbados, República Dominicana, Honduras, Jamaica y Trinidad y Tobago.
Más de la mitad de la población de América Latina y el Caribe, 351 millones de personas, vive en países que gastan más en intereses que en salud.
Los pagos de intereses, en relación con la inversión pública –adquisición de activos fijos- son elevados en muchos países, y particularmente en Brasil y Costa Rica.
En conjunto, estas tendencias están llamadas a exacerbar la dinámica de la deuda e intensificar los desafíos de desarrollo para los países de América Latina y el Caribe en un momento crítico, asienta el panel de control de la Unctad.
Hoy, en todo el mundo, más de 3300 millones de personas viven en países que gastan más en pagos de intereses de la deuda que en educación o salud.
La deuda pública mundial casi se ha duplicado desde 2010, con un récord histórico de 97 billones de dólares en 2023, y el aumento de las tasas de interés ejerce una presión adicional sobre los presupuestos gubernamentales de los países en desarrollo.
A-E/HM (IPS)