Impulsada en el Congreso por el senador Mario Fiad, la iniciativa establece distintas medidas para combatir la enfermedad. No se permitirán cajeros en las salas de juego y habrá una línea telefónica de atención gratuita. En Bariloche, ya existe una disposición similar, pero a escasos metros de la salida (foto por calle Gallardo) de una de las dos casas de juegos que se encuentra en el Shopping, por calle Gallardo frente al lugar se encuentra una sucursal del Banco Patagonia (sin que la entidad bancaria tenga culpa alguna) que posee numerosos cajeros automáticos y ello, es evidente, que favorece a la empresa que regentea el Casino, ya que aquella persona que pierde todo en una mesa de azar tiene de inmediato, caminando pocos pasos, la oportunidad de sacar dinero de su cuenta y de esta manera seguir jugando, favoreciendo la ludopatía.
Al respecto el presidente de Entretenimientos Patagonia S.A., la empresa que opera los casinos Trésor en la provincia de Río Negro, Exequiel Badaracco (hace un par de años), aseguró que la sede del casino de la calle Onelli de Bariloche cumple con todas las legislaciones vigentes y que nada le impide tener la puerta de ingreso frente a un banco con cajeros automáticos.
En su momento la sala de juegos modificó sus instalaciones, que derivó en que ahora tenga un ingreso directo, justo frente a los cajeros del Banco Patagonia de la calle Gallardo. Esto motivó que ante dicha situación el municipio de Bariloche levantara una infracción por entender que se trataba de un lugar no habilitado. Badaracco explicó que “lo que se hizo en Onelli, fue una readecuación de metros cuadrados, ya que el Shopping nos pidió unos metros que daban al patio de comidas y tuvimos que entregarlos. Somos inquilinos ahí, pero se nos respetó la misma cantidad de metros cuadrados que teníamos antes, eso generó que tengamos que tener una salida a la calle”.
"Independientemente de eso, nosotros cumplimos con todas las ordenanzas municipales, con la legislación provincial y que haya un cajero en frente, no tiene impedimentos en las legislaciones vigentes. La ordenanza dice claramente que no puede haber cajeros dentro del casino o en la manzana del establecimiento. Obviamente, que nuestra función no es sacar ningún provecho de eso, pero nuestra adecuación fue tener los mismos metros cuadrados que teníamos antes”, agregó.
En el Congreso
De forma unánime, el Senado dio media sanción el miércoles último a un proyecto del presidente de la Comisión de Salud, Mario Fiad, que promueve la prevención de la ludopatía a través de distintas medidas, como la prohibición de cajeros automáticos en las salas de juegos, la implementación de una línea telefónica gratuita y la creación de un “Registro Nacional de Autoexclusión”.
“El proyecto tiene por objetivo prevenir el juego compulsivo y ofrecer información a las personas para su ayuda. Es una temática en la que vengo trabajando desde 2014”, indicó Fiad, que agradeció los aportes de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud y Desarrollo Social, y de la Fundación WGM.
La iniciativa, que ahora deberá ser aprobada en la Cámara de Diputados, establece que todas las salas de juegos de azar deben exhibir en forma clara y visible el mensaje sanitario “Jugar compulsivamente es perjudicial para la Salud”. Este mensaje debe constar en las entradas al salón; en los mostradores de venta de fichas o canje de crédito; en las máquinas y mesas de juego o unidades de apuesta; en los tickets y facturas expendidos; y también en los sitios web de las propias salas de juego.
Según el proyecto, la autoridad de aplicación -a determinar por el Poder Ejecutivo- deberá “desarrollar, en coordinación con la Secretaría de Comunicación Pública de la Nación, campañas educativas, informativas y de publicidad televisivas, radiales, gráficas, o a través de Internet, con el propósito de concientizar a toda la población sobre la problemática de la ludopatía”. Otra de las medidas será crear una línea telefónica gratuita para “dar contención, información, brindar asesoramiento y asistencia a todas las personas que padecen las consecuencias de la ludopatía”.
Todos los establecimientos donde se desarrollen juegos de azar deben instalar en lugares visibles relojes con el horario oficial, con un mínimo de uno por sala de juego o cada 50 metros cuadrados.
También deberán contar con al menos dos ventanas, dispuestas de forma tal que se pueda apreciar el exterior de la sala en todo momento. Por otra parte, se prohíbe la instalación y el funcionamiento, en las salas de juego, de cajeros automáticos bancarios y máquinas expendedoras de dinero.
Otro elemento prohibido es “la utilización de tecnologías de transacciones electrónicas, captura electrónica de datos y operaciones electrónicas de pago con tarjetas de crédito y débito, o actividades relacionadas con préstamos pignoraticios de dinero contra entrega de documentos, cheques o empeño de bienes a los efectos de la participación en juegos de azar”.
Asimismo, no se permitirán publicidades a través de cualquier medio de difusión sobre juegos de azar que, entre otras cosas, estén dirigidas a menores de 18 años, o que asocien directa o indirectamente al juego con la ayuda social. Por último, el proyecto crea un “Registro Nacional de Autoexclusión”, con el fin de “registrar a todas aquellas personas que quieran excluirse, de forma voluntaria, al ingreso u admisión a las salas de juegos de azar”.