Atropelló, escapó y hasta ocultó el auto, pintándolo para evitar que lo descubran

Pablo González fue imputado este mismo viernes, horas después de que haya sido detenido en la puerta de la escuela donde trabaja como portero.
Sergio Massaro caminaba por Juan Herman y Peulla, cuando un vehículo lo embistió y huyó. El golpe le causó graves heridas y poco después, murió. El conductor que lo atropelló, fue detenido este viernes, pero antes de ser encontrado, huyó del lugar, ocultó el auto en un descampado, le quitó la patente y hasta lo pintó con aerosol para que no lo identificaran.
Pablo González es el hombre que fue imputado por homicidio culposo y para el que además, ordenaron prisión preventiva por el término de cuatro meses, ya que, para la Fiscalía, no demostró ningún interés en cooperar con la investigación, sino todo lo contrario.
Todo ocurrió en la madrugada del 17 de mayo, cuando la víctima, junto a otra persona, caminaban por el barrio El Frutillar, en cercanías a la intersección de Juan Marcos Herman, en una noche lluviosa y con nieve. Allí, González conducía un Volkswagen Golf color bordó, que había comprado hace un mes.
“González conducía un Volkwagen a alta velocidad, cuando intempestivamente dobló hacia Peulla sin reducir la marcha, embistiendo a la víctima para darse a la fuga”, detalló este viernes el fiscal.
Massaro fue violentamente embestido y cayó al suelo, golpeando su cabeza con las piedras de la calle. Esto le produjo graves heridas en la cabeza y la destrucción de masa encefálica. Llegó al hospital zonal poco después, pero a las pocas horas confirmaron que tenía muerte cerebral. Finalmente, el martes por la noche, murió. Tenía 45 años.
La familia de la víctima dio a conocer la noticia y solicitaron datos, porque encabezaron una investigación por su cuenta, temerosos de que la Policía y la Justicia no actúen con celeridad.
La huida de González complicó la investigación, ya que debido a las condiciones de luz, detectar al rodado, identificarlo y poder obtener la patente, llevó un examen profundo de las imágenes.
Los fiscales Guillermo Lista y Álvaro Viterbori solicitaron hoy, que se lo impute por homicidio culposo agravado por la conducción imprudente y antirreglamentaria, por circular a más de 60 kilómetros por hora y no conservar el dominio de su auto, pero para esto, hubo mucho trabajo de por medio.
Recién cuando lograron determinar la patente del rodado, los investigadores supieron que quien figuraba como dueño legal del Volkswagen, lo había vendido hace un mes. El comprador fue González, quien se desempeña como portero de la escuela del barrio El Pilar.
Esta mañana, con la identificación ya confirmada, lo buscaron en distintos domicilios, pero los allanamientos fueron en vano. Finalmente, fue en la escuela donde lo encontraron y lo detuvieron.
Para la Fiscalía, “hay una manifiesta conducta de desprecio y desaprensión por la vida ajena, ya que desde el momento en que atropella al señor Massaro, emprende la huida” y agregaron que su actitud “no ha sido la de colaborar con la investigación” sino, entorpecerla.
Además, remarcaron que el vehículo fue encontrado en un lugar cercano a las canchas del barrio Lera, sin patente, y pintado con aerosol negro, para disimular su color. Esto fue considerado como un “acto más de intento de entorpecer la investigación” y consideraron que, además, existe peligro de fuga.
Diego Guerrero, el abogado oficial que asistió a González, no se opuso a la formulación de cargos, aunque sí a la medida cautelar de prisión preventiva. “Mi asistido tiene arraigo en Bariloche, es padre de dos niños, sostén de familia. No cuenta con antecedentes penales”, manifestó el letrado y remarcó que no estuvo prófugo porque continuó asistiendo a su trabajo.
Además, el abogado consideró que no hubo abandono de persona, ya que la víctima estaba acompañado de otro sujeto, que lo asistió tras ser embestido. El defensor solicitó que en caso de dictar prisión preventiva, que sea de forma domiciliaria.
Finalmente, el juez César Lanfranchi tuvo por formulados los cargos contra González y ordenó prisión preventiva domiciliaria, en principio, por el término de cuatro meses. (Económicas Bariloche)