15 marzo, 2025

Sostenibilidad económica y fibras mezcladas, principales retos del reciclaje textil

Un estudio del Instituto Sueco de Investigación Medioambiental destaca también que la colaboración entre grandes y pequeñas empresas es esencial para construir una industria textil más sostenible.

Desde principios de año es obligatorio prestar el servicio de recogida de textiles usados para su reutilización o reciclado. Pero, ¿cuál es el estado del reciclaje textil en Europa? El proyecto Sustainable Clothing Futures, dirigido por el Instituto Sueco de Investigación Medioambiental (IVL), lo ha investigado.

«La estrategia textil de la UE desempeña un papel importante en la creación de un mercado competitivo para las fibras textiles recicladas. Es clave para aumentar la cuota de fibras recicladas en el mercado», afirma Maja Dahlbom, directora del proyecto y experta en textiles y consumo del IVL.

Según un estudio anterior del IVL, los suecos tiran una media de nueve kilos de textiles por persona y año. El aumento del reciclaje textil está en consonancia con la estrategia de la UE sobre textiles sostenibles y circulares, y es necesario para crear una industria textil más sostenible.

Este nuevo proyecto evaluó empresas europeas dedicadas al reciclado de fibra a fibra. Cuatro de las empresas trabajan con reciclaje químico y dos utilizan métodos mecánicos. El análisis se centró en tres parámetros: madurez tecnológica, modelos de negocio y cómo se integraba el producto -fibras recicladas en nuevas aplicaciones textiles o de confección- con los clientes y usuarios finales. Los resultados muestran que los recicladores mecánicos suelen ser más maduros que los químicos, sobre todo en términos tecnológicos.

«La ampliación del reciclado de fibra a fibra plantea varios retos. Uno de ellos es lograr la sostenibilidad económica de la recogida y la clasificación, ya que el proceso de clasificación de textiles es costoso y requiere mucha mano de obra. Otro es la alta prevalencia de tipos de fibras mezcladas, que dificulta el reciclado; hay que separar los distintos tipos de fibras para que se reciclen con eficacia», afirma Amanda Martvall, experta textil de IVL.

«Para tener éxito, no basta con que la fibra reciclada tenga la calidad suficiente para ser hilada; las empresas también deben tener un modelo de negocio sostenible y establecer relaciones sólidas con sus clientes para que el material reciclado se utilice en ropa nueva que los consumidores quieran comprar», afirma Dahlbom.

La ampliación del reciclado de fibra a fibra también requiere una fuerte integración de la industria. La colaboración entre grandes y pequeñas empresas es esencial para construir una industria textil más sostenible.

«Las fibras textiles nuevas suelen ser más baratas que las recicladas, lo que dificulta el desarrollo de prendas de vestir y productos textiles que contengan fibras recicladas a precios competitivos. Por eso es importante que esta actividad esté respaldada por la legislación«, afirma Dahlbom.

El proyecto también examinó otros aspectos de cómo el futuro de la ropa puede ser más sostenible; por ejemplo, cómo las plataformas digitales pueden animar a los consumidores a actuar de forma más circular comprando ropa de segunda mano, alquilándola o remendando prendas dañadas. También exploró nuevas tecnologías de reciclaje y evaluó políticas para una industria y un consumo de la ropa más sostenibles (Residuos Profesional)