Recolectaron miles de semillas de lenga en el cerro Otto para la zona afectada por el incendio en El Bolsón

Por la época del año, los voluntarios debieron tomar las semillas del suelo. Los especialistas explicaron que la lenga «no es una planta que, todos los años, largue semilla. Pueden producir poca cantidad y, cada 4, 6 o 7 años, registra una gran producción, como vemos ahora en Bariloche». Por Lorena Roncarolo
Alrededor de 40 voluntarios recolectaron miles de semillas de lenga en el cerro Otto en Bariloche que ya fueron enviadas a la zona afectada por el incendio desatado el 30 de enero pasado en El Bolsón que arrasó con más de 100 hectáreas de bosques.
De la iniciativa de restauración que pretenden reiterar el próximo fin de semana, participaron integrantes de la asociación civil Circuito Verde y la cooperativa Jóvenes por Bariloche, junto con referentes del Conicet y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) y coordinado por la Subsecretaria de Recursos Forestales de Río Negro, a cargo de Claudia Contreras.
«Se convocó a instituciones que trabajan con los bosques para pensar en la restauración de las zonas incendiadas en Bolsón. Este proceso arranca con las semillas. Hay especies rebrotantes y otras como la lenga, el coihue y el ciprés que necesitan de la semilla para la restauración», indicó el biólogo Javier Grosfeld, técnico del Centro Científico Tecnológico (CCT) Conicet Patagonia Norte.
El bosque de lenga, recalcó, es difícil de regenerar ya que la especie no rebrota. «La lenga no es pirófila (especies vegetales que resisten al fuego porque son capaces de soportar un incendio o pueden revivir después de un siniestro): el fuego se detiene en ella, más aún con tantos años de sequía«, mencionó el especialista.
Contó que el vivero forestal de Mallín -que depende de la Subsecretaría de Bosques de Río Negro- produce semillas de lenga aunque no resultan «viables». «No sabemos si por una cuestión fisiológica o genética, la semilla no prospera, no germina. Por eso, siempre vienen a buscar al Otto o al Catedral. En este caso, se buscaron semillas en el Otto donde siempre hay una buena producción», aseguró.
La colecta de semillas se suele hacer de los árboles, pero en esta oportunidad, por la época del año, se tomaron del suelo que estaba lleno. Una por una. Se plantarán en primavera en los lugares arrasados por el fuego.
Como es posible encontrar semillas hasta la caída de las hojas, se retomará la campaña en estas semanas. En este sentido, Grosfeld explicó que la lenga «no es una planta que, todos los años, largue semilla. Tiene eventos en los cuales producen poca cantidad y, cada 4, 6 o 7 años, registra una gran producción. Por eso, hay que aprovechar este año porque no sabemos cuándo sucederá de nuevo. Además, hay que juntar para el banco de semillas, pensando en otros incendios y tener de resguardo también para el cerro Otto».
Advirtió que las semillas de lenga tienen una viabilidad aproximada de 3 años. «Esto significa que en tres años, la viabilidad baja: de 10 semillas germina solo una, a modo de ejemplo».
«Como hay que juntarlas una por una, es necesario que haya bastante gente. Lo cierto es que esta campaña es doblemente solidaria: se piensa en las generaciones futuras para que puedan tener bosque, dentro de unos 30, 40 años. Y también lo es desde Bariloche hacia El Bolsón«, detalló Grosfeld. (Río Negro)