Psicopolítica, enjambre y redes
El avance tecnológico y la comunicación digital obligan a la política a formular nuevas formas de relacionarse con los distintos sectores de la sociedad y desde ya superar nichos estáticos con sus afiliados.
Byung-Chul Han, filósofo surcoreano residente en Alemania, analizó este fenómeno a través de distintas publicaciones adonde aborda la transformación que padece la sociedad como consecuencia de la revolución digital, internet y las redes sociales de comunicación.
Sostiene Han que existe un nuevo panóptico digital, donde el poder se ejerce desde un régimen de psicopolítica digital de la transparencia, que procura el control de las personas con psicopoder y vigilancia digital debido al conocimiento de gran cantidad de datos digitales de interacciones humanas. Se pasó del Big Brother al Big Data.
En uno de sus trabajos titulado “En el enjambre”, se analiza como el comportamiento de masas e identificación política e ideológica se fracciona como un enjambre que opera en coincidencias ocasionales o espontáneas de ciudadanos sin vínculos políticos o ideológicos. Se comparte el “me gusta” frente a temas diversos y aislados de identidad común.
De esta manera la transformación digital se relaciona con el poder y la dominación del neoliberalismo económico. El enjambre no es masa ya que le falta alma, integrado por individuos aislados fácilmente manipulados y controlados por las tecnologías de la información y la comunicación. Está tan lejos de la masa como de la multitud.
Según Byung Chul Han comienza a surgir una imagen prefabricada de una democracia futura desideologizada, una democracia de expertos que sustituyen a los políticos y que hace superfluos a los partidos.
La sociedad se moviliza por sectores con adhesiones puntuales y circunstanciales. Comparten, por ejemplo, el cuidado del medio ambiente sin pertenecer al mismo partido ni compartir ideologías. Esto se observa a partir de la respuesta que tuvo la reivindicación de derechos desde el Estado, impulsadas por el kirchnerismo, que movilizó sectores ajenos al propio peronismo y de izquierda, con reacciones de la derecha y el neoliberalismo, generando un complejo campo de opinión que no siempre se tradujo en apoyos electorales, con fenómenos que se producen en la comunicación digital no como hechos aislados, sino que deben ser interpretados en un contexto social, económico y cultural más amplio.
Los avances tecnológicos en la personalización de mensajes y recomendaciones no hacen más que crear una burbuja. La red es un espejo donde sólo recibimos lo que nos gusta, es decir, de la imagen idealizada que nos gustaría tener.
La idealización y la interactividad digital – de redes como Twitter- produce fenómenos muy distintos a los medios de comunicación de masas. La radio y la televisión son medios que establecen una relación asimétrica con el usuario. Utilizados de forma propagandística, los medios de comunicación de masas, a través de la idealización, crean héroes a los que adorar. Los seres en la red crean «corrientes» y «opiniones» y los líderes son aquellos capaces de detectar estas corrientes de opinión y amplificarlas creando un gigantesco espejo.
En este contexto, ¿Qué sucede con la política en Río Negro, tomando como base las últimas elecciones nacionales? ¿Cómo funcionaron los sectores movilizados por las redes sociales?
Es un desafío para los partidos políticos atender a las demandas de sectores integrados por múltiples actores de distintas afiliaciones y multiformes ideológicas. Cada votante es sometido a un mensaje digital que luego tendrá que metabolizar con el discurso político de la dirigencia local y provincial.
En una aproximación al debate podría señalarse que tanto el FdT como JxC respondieron frente al electorado con parámetros nacionales y relativa utilización de estos métodos, donde sólo reafirmaron sus posiciones en “la grieta” con mayor identificación política e ideológica de cada polo.
Fue distinto con Juntos Somos Río Negro, que recurrió a mensajes fugaces, e incluso inestables, de modelos colaterales fundados en las nuevas tecnologías. El partido del gobierno convocó de esta manera a distintos sectores sin importar su pertenencia política, en tanto la pureza ideológica no lo desvela.
Tampoco fue expresión de clases dominantes de la burguesía agraria y urbana. Acertó en desprenderse de sellos estáticos y convocó “a todos” porque el objetivo era afirmar esta convocatoria en las urnas, que finalmente consiguió.
Podría decirse que logró instalar que “Todos Somos Río Negro”, identidad que impuso como común denominador de sus mensajes en las redes, respaldado además con políticas públicas con “instalación de derechos”, temas en que la provincia es vanguardia en el país.
El Frente de Todos tiene como aliados a sectores Verdes, de LGBTQ+ y otros del espacio progresista mientras que la contracara de estas reivindicaciones está en Juntos por el Cambio.
La transformación digital que llegó a los partidos políticos, donde la comunicación rompió esquemas tradicionales y generó nuevos medios de interacción en diversos sectores sociales identificados en el enjambre, también llegó a las organizaciones sindicales apremiadas por demandas que superan la mera reivindicación salarial.
El sector sindical piensa también en estas transformaciones, donde el caudal acuartelado de sus afiliados es cada vez menos numeroso.
Los gremios estatales deben estar atentos al comportamiento de sus representados por la comunicación digital y las redes, que también pueden propinarles una sorpresa, donde el “me gusta” de comentarios adversos a las conducciones puede convertirse en un dolor de cabeza. (ADN)