Mayans definirá en una reunión de bloque si se aprueba el acuerdo con el FMI
Por Mauricio Cantando
El jefe del oficialismo del Senado consiguió que Alberto lo envíe a Diputados. La mayoría de sus dirigidos se resiste a acompañar.
El jueves, poco antes de la sesión preparatoria que elegirá autoridades del Senado, el jefe del Frente de Todos José Mayans reunirá a su bloque para que se vean las caras por primera vez en el año y empezar a definir la hoja de ruta legislativa.
Pero el encuentro más importante será el que prepara para las próximas semanas, cuando los llame para definir si es posible unificar una posición sobre el acuerdo con el FMI, que para ese entonces debería estar tratándose en Diputados. En esa ocasión, verán si no queda opción que dividirse y pedirle a Alberto Fernández que busque suerte en la oposición.
Por ahora, el bloque del Frente de Todos no tuvo un pronunciamiento formal sobre el anuncio de Martín Guzmán, la mayoría de sus 35 no se muestra entusiasmado en votarlo y algunos militan en contra, como Oscar Parrilli, que la semana pasada recibió a Chris Marsh, un ex FMI que le recomienda a Argentina no pagar.
Un problema impensado para Alberto, que con el oficialismo y los dos aliados fijos (el rionegrino Alberto Weretilneck y la misionera Magdalena Solari Quintana), en el Senado tiene quórum para todas la leyes y hasta una garantía para gobernar por decreto. Justo cuando más la necesita, no lo estaría logrando.
Mayans habla a diario con Cristina, cuya única frase que dejó trascender en el Senado fue que hará «lo mejor para el país». El plan del jefe de bloque es esperar que avance el debate en Diputados para reunir a sus dirigidos, escucharlos y, no menor, lograr que se escuchen. Ya lo hizo después de las primarias, en una catarsis de más de 4 horas.
Como relató LPO, hace una semana Mayans pidió que el acuerdo se empiece a tratar en la Cámara vecina, después de recibir presiones en los medios de dos de sus dirigidos: el entrerriano Edgardo Kueider y el salteño Sergio Leavy. Luego se sumó el tucumano Pablo Yedlin.
Aunque los gobernadores siempre pesaron fuerte en el Senado, estos son otros tiempos: sólo pueden reunir a 19 de los 35 votos oficialistas, pero 2 son Mayans y su coterránea María Teresa González, que por ahora no están dispuestos a garantizar su ayuda.
De los «sin tierra», Alberto cuenta con Levay y el correntino Carlos Espínola, mientras que el jujeño Guillermo Snopek entró en rebeldía.
«Yo no lo voy a votar, porque es una refinanciación de la deuda y nos habían planteado una reestructuración. Si como dijo el presidente de la UCR Gerardo Morales, la deuda fue contraída por el anterior gobierno, que la voten ellos», le dijo a LPO.
Se refiere a la promesa de al menos unos años de gracia para empezar las devoluciones y los compromisos, que Guzmán dejó trascender y hasta sugirió en el mensaje del proyecto de presupuesto de 2022, en el que no pactó pagos al FMI. Ni siquiera el que ya hizo en enero.
Yo no lo voy a votar, porque es una refinanciación de la deuda y nos habían planteado una reestructuración. Si como dijo el presidente de la UCR Gerardo Morales, la deuda fue contraída por el anterior gobierno, que la voten ellos.
Snopek era uno de los que en noviembre amenazaba con romper el bloque junto a colegas referenciados en gobernadores, pero el plan se cayó tras varios llamados de Juan Manzur y un escenario de quórum propio que dejó las elecciones y llegó a estar en riesgo. El jujeño no descarta irse y hasta redactó un borrador de monobloque. Todavía no lo presentó.
El resto del bloque oficialista lo componen camporistas y kirchneristas sueltos que no le rinden cuentas a la Rosada. Algunos con mucha empatía con la algunos de mucha empatía con Cristina, como la salteña Nora del Valle Giménez quien pidió por las redes «no convalidar deuda ilegítima».
La frase resuena en el bloque, porque vienen de rechazar la cuenta de inversión de 2016 y harían lo propio con las siguientes. Avalar el acuerdo con el FMI le quitaría legitimidad a ese trámite.
En las charlas que hubo por teléfono o whatsapp, a casi nadie le convence el compromiso de bajar el déficit fiscal cada año hasta llegar a equilibrio en 2025. Y menos la abrupta reducción de emisión monetaria que alcanza 2.7% del PIB en 2022 (de 3.7 a 1) y no está claro cómo será reemplazada.
Chodos le dijo a Mayans que habría más recaudación por un crecimiento abrupto que ni el propio presupuesto enviado por Guzmán lo prevé. Pronostica 4% y las estimaciones de organismos lo estiman en la mitad. Nadie puede imaginar un shock recaudatorio con esas cifras.
«No se dan cuenta que como habrá revisiones trimestrales vamos a evitar un default en marzo para tenerlo 6 meses después. No tiene sentido. Además, la deuda con el FMI es una mínima parte de la que hay con el resto de los acreedores, que también pueden reclamar», advierte uno de los oficialistas que no quiere votar a favor.
El mensaje es claro: aun si consigue sancionar el acuerdo en el Congreso, Alberto no puede pensar en alguna ley para ajustar que le permita cumplirlo. Este lunes trascendió que ya puso la mira en las jubilaciones.
El encuentro de Mayans con su bloque no puede esperar mucho, porque el presidente quiere la ley sancionada antes del 21 de marzo, cuando tiene un vencimiento por 2800 millones de dólares. De ahí los llamados a los senadores albertistas a su jefe para que se pronuncie.
«Si nos empezamos puteando vamos a terminar todos mal. Tememos que lograr definir las posturas de cada uno en una charla», le advirtió el formoseño a uno de ellos, que buscaba una expresión pública a favor. No la consiguió. (LPO)