Los test de “firmas moleculares” son efectivos para saber si pacientes latinoamericanas con cáncer de mama pueden evitar la quimioterapia
Un estudio internacional liderado por investigadores de la Fundación Instituto Leloir, Andrea Llera y Osvaldo Podhajcer comprobó que, igual que en mujeres europeas y de América del Norte con cáncer de mama hormonodependiente, el uso de ciertas pruebas genómicas permitió predecir con mayor precisión que los métodos tradicionales la evolución de la enfermedad y orientar el tipo de tratamiento.
Después de más de una década en el mercado y beneficios comprobados en ensayos clínicos y del “mundo real” en mujeres europeas y de América del Norte, los test de “firmas moleculares” también mostraron por primera vez ser muy útiles para predecir la evolución de la enfermedad y guiar la elección de tratamientos en pacientes de Latinoamérica con el tipo más frecuente de cáncer de mama.
Así surge de un estudio liderado por científicos de nuestro Instituto que, además, comprobó que esos análisis genómicos son más eficaces que los métodos tradicionales, lo que permitiría optimizar recursos para el sistema de salud y mejorar la calidad de vida de las pacientes.
Las “firmas moleculares” se utilizan en los llamado cánceres de mama “hormonodependientes”, que representan alrededor del 70% de todos los casos. “Un subgrupo de estas pacientes, con un tipo de tumor denominado ‘luminal B’, tienen peor evolución y por lo tanto deben recibir quimioterapia por el riesgo de recurrencia. En cambio, a las pacientes con el subtipo ‘luminal A’ se les puede prescribir solo terapia hormonal (tamoxifeno) y evitar la quimioterapia, que en estos casos es innecesaria ya que no mejora su pronóstico”, explica la doctora en bioquímica Andrea Llera, investigadora del CONICET en el Laboratorio de Terapia Molecular y Celular (LTMC) de la Fundación Instituto Leloir (FIL) y coordinadora del análisis del estudio observacional publicado en la revista The Oncologist.
Estos test están disponibles desde hace unos 10 años y se basan en algoritmos que permiten cuantificar la actividad de los genes dentro de un tumor. “Pueden establecer el tipo de tumor y, a partir de ese conocimiento, predecir su evolución, además de ayudar a decidir si después de la cirugía conviene prescribirles a las pacientes solamente hormonoterapia o sumarles también quimioterapia”, asegura el doctor en ciencias biológicas Osvaldo Podhajcer, jefe del LTMC y uno de los coautores del estudio.
“Los resultados de estos test permiten mejorar la predicción de la evolución de la enfermedad a 5 o 10 años”, añade Llera. Debido a una cuestión de costos, en Argentina y en la mayoría de los países de Latinoamérica la determinación de los tumores hormonodependientes se establece por medio del análisis de marcadores inmunohistoquímicos que realizan los médicos patólogos, agregó.
Para el flamante estudio, los científicos de la Red Latinoamericana de Investigación en Cáncer (LACRN, por sus siglas en inglés), que fue creada en 2010 a instancias del Centro de Salud Global del Instituto Nacional de Cáncer (NCI) de Estados Unidos, y de la que participan 30 centros de investigación y hospitales de Latinoamérica, analizaron el rendimiento de siete “firmas moleculares” diferentes en un grupo de pacientes latinoamericanas con cáncer de mama hormonodependiente, y lo compararon con los diagnósticos realizados a partir de los métodos que suelen ser utilizados con mayor frecuencia por los profesionales de la región.
“Nuestros estudios confirman que al menos 3 de los 7 test moleculares estudiados predicen con mayor certeza la aparición de recurrencias (es decir, nuevos tumores en el mismo lugar) que los métodos tradicionales, sumando una herramienta innovadora para mejorar el seguimiento y tratamiento de la enfermedad y, por lo tanto, la calidad de vida de las pacientes’”, resalta Llera.
Y agrega: “Sería importante que esta evidencia pueda ser tomada en cuenta para el análisis de costo-beneficio del uso de estos test en nuestra región, ya que no sólo reduciría el costo de quimioterapias innecesarias, sino que también redundaría en una disminución de la carga al sistema de salud si se tiene en cuenta que muchas mujeres evitarían las visitas recurrentes a las guardias o perder días de trabajo por los efectos secundarios de la quimioterapia”.
Para cerrar, la investigadora enfatiza que, a nivel global, está comprobado que las “firmas moleculares” tienen impacto en el diseño de políticas públicas asociadas al tratamiento del cáncer. “El Instituto Nacional del Cáncer (INC) de Argentina está al tanto de nuestros resultados, lo que para nosotros es lo más relevante”, dice. Podhajcer, por su parte, subraya: “Este tipo de estudios con impacto real en la gente es lo que persigue nuestro grupo del LTMC en la Fundación Instituto Leloir”.