La Universidad de Oxford no confía en los datos de COVID-19 que informa el Gobierno argentino
Es Our World in Data, una página en tiempo real sobre los números de la pandemia, con base en la Universidad de Oxford. Informó que Argentina dejará de formar parte de su mapa de datos porque las cifras oficiales agregadas por el Gobierno no reúnen la calidad suficiente para reflejar el alcance de las pruebas.
Edouard Mathieu, analista de datos en Our World in Data, un sitio web especializado en estadística en tiempo real con base en la Universidad de Oxford, comunicó vía Twitter que Argentina dejará de formar parte de su mapa de testeos porque las cifras no tendrían la calidad suficiente.
“Para asegurar la calidad y confiabilidad de los datos de tests de COVID-19 de @OurWorldinData, hemos decidido eliminar a la Argentina de nuestro conjunto de datos por el momento. Las cifras oficiales recopiladas por el Gobierno no tienen la calidad suficiente para reflejar correctamente el alcance de las pruebas», escribió en el primer tuit de un hilo.
muchas pruebas negativas no estaban siendo registradas en varias provincias, incluidas algunas grandes como Santa Fe y Córdoba. Esto sesga la tasa positiva hacia arriba, hasta un asombroso 75% en la actualidad», prosiguió el analista.
Y continuó: “El gobierno de Argentina anunció hace unos días que implementaría un nuevo sistema para asegurarse de que todas las pruebas se registran correctamente en todas las provincias. Sin embargo, no está claro si esto también corregirá los datos históricos de forma retrospectiva”.
“Lamentablemente, esto no significa que la situación del COVID-19 no sea mala en Argentina, sí que lo es. Inicialmente le fue un poco mejor que a algunos de sus vecinos (aunque mucho peor que a otros), pero ahora se está ‘poniendo al día’ con el terrible número de muertos en Bolivia, Chile y Brasil”.
“Como explicamos en nuestro sitio, las pruebas son nuestra ventana a la pandemia y cómo se está propagando. Esperamos que los datos corregidos para Argentina se publiquen muy pronto, en cuyo caso los incluiremos nuevamente en nuestro conjunto de datos”, finalizó Mathieu.
Los datos que ofrecen las autoridades sanitarias de todo el mundo dependen del número de testeos; de la estrategia para detectar casos; si se analiza también a los asintomáticos; si se contabilizan los contactos estrechos de un infectado aunque su círculo no haya sido testeado; y de la cantidad de personas que acuden al servicio de salud presenten o no síntomas, entre otros factores.
Estas estadísticas permiten realizar un análisis estimativo del nivel de circulación viral que hay en la sociedad; precisar el grado de positividad sobre testeos realizados y junto con los datos de mortalidad del coronavirus, llegar a conclusiones sobre la efectividad de las medidas sanitarias que llevan a cabo el gobierno nacional y las autoridades provinciales y municipales.
“Se trata de una de las páginas que mejor recopilan la información y desde hace tiempo nos posicionaba como uno de los países con la positividad más alta del planeta. Se ve que ahondaron un poco más sobre qué pasaba y descubrieron lo que desde hace tiempo venimos viendo algunas personas acá: la positividad no es un indicador confiable porque no se cargan al SISA todos los negativos, por lo que el porcentaje aumenta”, aseguró en diálogo con este medio Rodrigo Maidana, estudiante de Ciencias Económicas que durante la pandemia se dedicó a analizar datos de COVID-19.
A la hora de trazar las estadísticas, los expertos utilizan medias móviles para acceder a aproximaciones más precisas de la situación epidemiológica, independientemente de los picos y valles que muestran las curvas por razones que no están estrictamente vinculadas al comportamiento y al avance de la enfermedad en una región determinada.
Cada vez que se testea a un asintomático mediante los dispositivos de búsqueda activa –como el operativo DetectAR– los pasos a seguir varían según el lugar donde esto se realice. Si el resultado es positivo, el caso debería asentarse en la sección general de la base de datos del Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentina (SISA). Pero si el resultado es negativo, al no haber ingresado por el carril de los “casos sospechosos”, la consignación de esa prueba podría quedar asentada en otra sección del sistema. De tomarse en cuenta todos (sintomáticos y asintomáticos, hisopados o testeados por saliva, sea cual fuera la vía por la cual hayan ingresado al sistema), se arribaría a una baja en el porcentaje de positividad nacional.
¿Por qué no se tienen en cuenta estos detalles? Una de las hipótesis que plantean los especialistas tiene que ver con las limitaciones de la propia base de datos del SISA, una herramienta que no parece contar con la agilidad necesaria para los volúmenes de información que se emiten a diario durante la pandemia de coronavrius.
Días atrás, las autoridades provinciales presentaron una “herramienta de gestión de sistemas informáticos”, la cual, según el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, “permitirá –de acá en adelante– informar con exactitud lo que pasa todos los días. Estamos en un proceso de mejora de la gestión y de transparencia. Todo esto permite dar absolutamente todos los datos. En los últimos tiempos, muchos medios nos consultan de esta situación, de por qué hay un retraso en este tipo de procesos”.
A partir de ese momento, afirmaron, la provincia de Buenos Aires cruzaría la información de las muertes registradas en el SISA (Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino), de los fallecimientos que surjan de la gestión de camas de terapia intensiva y de los certificados de defunción provinciales. En su anuncio, el ministro Gollán también dijo: “Cuando comenzó esta pandemia el sector privado prácticamente no informaba como debe ser, no tenían ni siquiera las claves de usuario que obligatoriamente debían tener. ¿Qué nos dejó esta pandemia? Que todo el sector privado se inscribió en el SISA, todo el sector privado empezó a informar”.
“Dejamos de estar en el apartado de positividad. En ese indicador está el problema. Veremos si con la corrección que pretenden hacer desde Salud nos vuelven a agregar”, indicó Maidana, y aseguró que “no somos los únicos. Ellos tienen el listado de todos los países y según el indicador que se quiera ver aparecen como disponibles o no. En el caso de la positividad no estamos. Y algunos otros tampoco, señal de que no deben tener estadísticas o no son confiables como para ponerlas”.
Los especialistas coinciden en que el país testea poco. De acuerdo a los datos suministrados por el Ministerio de Salud, se realizaron 2.626.406 pruebas diagnósticas para esta enfermedad, lo que equivale a 57.880 muestras por millón de habitantes desde el inicio de la pandemia, y los fines de semana incluso se realizan menos pruebas diagnósticas que en el resto de la semana. Si se suman estos factores a la demora en la carga de los datos en el AMBA y en las provincias, el dato estadístico del cuadro epidemiológico en tiempo real en la Argentina puede verse expuesto a imprecisiones. Para el físico e investigador UBA CONICET y asesor del gobernador Axel Kicillof, Jorge Aliaga, en Argentina ya deben haberse contagiado de COVID-19 entre 5 y 8 millones de personas a pesar de que se han confirmado por PCR o por nexo epidemiológico un millón”. Para el experto, esto tiene que ver con el bajo número de testeos diarios realizados.
“Nos sacan por algo que ya sabíamos. Como no dan abasto para cargar en las bases de datos los casos positivos y los fallecidos, prefieren darle prioridad a eso y no a cargar los negativos. Esto obviamente influye en cómo se contabiliza la positividad y por eso está dando valores tan altos. Si uno miraba los reportes provinciales, la positividad era bastante más baja. Estaban priorizando cargar fallecidos y casos confirmados que tests negativos. Este problema era conocido y ya estaba avisado”, dijo a Infobae Rodrigo Quiroga, especialista en bioinformática. (Infobae).