Fernández rechazó cuestionamientos internos: «Si alguien pretende que deje de dialogar, va a ser imposible»

«Siempre me acusaron de dialoguista y me encanta que lo hagan», enfatizó el Presidente al ser consultado sobre la interna del Frente de Todos
El presidente Alberto Fernández rechazó este viernes las críticas de sectores internos del Frente de Todos y aseguró que no dejará de «dialogar» con ningún espacio porque eso va en contra de su «naturaleza».
«Si alguien pretende que yo deje de dialogar, eso va a ser imposible porque está en mi naturaleza», enfatizó el jefe de Estado en conferencia de prensa en la Quinta de Olivos, tras anunciar la nueva fase del aislamiento obligatorio hasta el próximo 2 de agosto.
Luego de varios días de un denominado «fuego amigo», que cuestionó sus encuentros con empresarios y con referentes de Juntos por el Cambio, el Presidente dijo que en el Frente de Todos hay matices y que eso lo hace «feliz».
«Para mí, el diálogo es un camino en el que nunca voy a ceder. Siempre me acusaron de dialoguista y me encanta que lo hagan», resaltó el mandatario nacional. Fernández realizó la conferencia en vivo en compañía de Kicillof y Rodríguez Larreta.
«Director de orquesta»
Recordó, al respecto, una conversación con el ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, y señaló que un mandatario debe ser como un «director de orquesta», que «no puede tocar sin dialogar con el que toca el clarinete, el oboe o el piano».
«Lo que sí sé es a qué fuerza represento, y sé quién me votó», enfatizó el Presidente, pero indicó que «el diálogo hay que tener con todos».
Luego de su encuentro con los empresarios más influyentes del país, Fernández dijo que ellos son «los privilegiados», y expresó: «Eso lo dije el 9 de Julio y el que no quiso escuchar, allá ellos».
En ese marco, sostuvo que no está de acuerdo con el concepto de que «hay una Argentina no de los unos o de los otros», sino que «es de todos».
«Hay muchas especulaciones que se hacen, son especulaciones. Yo trabajo bien con todos», agregó el jefe de Estado.
Esta semana algunos sectores del oficialismo expresaron diferencias con las actividades del Presidente, siendo la más sonora la de la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, aunque también se registraron cuestionamientos solapados de parte de otros dirigentes.
El cruce con Hebe de Bonafini
La titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, ratificó este miércoles sus críticas a Alberto Fernández luego de la carta que le envió, al remarcar que el Presidente «invitó a los peores empresarios a su mesa» y advertir que intentar «construir con ellos» es como «acostarse con un cocodrilo«.
De esta forma, la dirigente evitó dar por concluido el contrapunto con el mandatario, quien ya le había respondido a Bonafini en otra carta, en la que señaló que él tiene como responsabilidad ser «el Presidente de todos los argentinos».
«Alberto invitó a los peores empresarios a su mesa. No se puede construir con ellos. Es como acostarse con un cocodrilo», aseguró Bonafini en declaraciones radiales.
Y agregó: «Tenemos una grieta y no tengo ningún interés en parecerme a ellos».
La carta a Fernández
Además, la titular de Madres de Plaza de Mayo se refirió a las críticas que recibió por la carta que le envió a Alberto Fernández: «Tengo el cuero duro. Las Madres estamos acostumbradas a que nos difamen».
«La charla con Alberto fue muy cariñosa y respetuosa. Fue importante que me haya contestado desde el Estado lo que piensa», sostuvo.
«Cuando uno tiene algo que no le gusta lo tiene que decir. Lo peor que hay para un gobernante es la obsecuencia», concluyó Bonafini. Alberto Fernández invitó a empresarios criticados por el cristinismo al acto del 9 de julio.
El origen de los entredichos
Este martes, las integrantes de Madres de Plaza de Mayo, lideradas por Hebe de Bonafini se mostraron «agraviadas y heridas» por las recientes reuniones que mantuvo el presidente Alberto Fernández, tanto con empresarios como con legisladores de Juntos por el Cambio.
En ese marco, le enviaron una misiva a Fernández en la que expresaron: «Nos sentimos agraviadas y heridas en lo más profundo de nuestro corazón, al ver que usted sentó en su mesa a todos los que explotan a nuestros trabajadores y trabajadoras y a los que saquearon el país».
De inmediato, el jefe de Estado le respondió a Bonafini con otra carta, en la que sostuvo que él tiene «la enorme responsabilidad de ser el Presidente de todos los argentinos».
«Ustedes saben muy bien que en la mesa de este Presidente se sienta gente de empresas grandes, medianas y pequeñas, trabajadores y trabajadoras, movimientos sociales, estudiantes, jóvenes, nuestros científicos, todos y todas, porque esa es mi responsabilidad», enfatizó en esa misiva carta dirigida a las Madres.
¿Con aval de Cristina?
Esta carta es leída por muchos analistas como un mensaje «entre las sombras» de Cristina Kirchner, siempre encuentra la forma de hacer saber sus opiniones y darle señales a sus seguidores y adversarios, sobre todo cuando se trata de manifestar su desacuerdo con los aliados. A veces lo hace de manera explícita, otra mediante sugestivos silencios o ausencias, y a veces ponderando opiniones ajenas.
En los últimos días prefirió acentuar el bajo perfil y no realizar declaraciones, pero sus actitudes dejan entrever con claridad que está en desacuerdo con el estilo «componedor» que quiere adoptar Alberto Fernández.
Ya había sido elocuente su «faltazo» al acto patrio del 9 de Julio, cuando el Presidente apareció acompañado por los principales popes de las agremiaciones empresarias y sindicales. Allí, en un intento por comunicar amplitud y tolerancia, les dio un protagonismo inusitado a directivos que han sido muy críticos del gobierno, como por ejemplo Daniel Pelegrina, titular de la Sociedad Rural, que ese mismo día estaba manifestando en el «banderazo» y denunciando un intento de avance sobre la propiedad privada.
Por otra parte, Alberto confió ese día a los empresarios sus ideas para la reactivación de la economía y además tomó nota de las propuestas que le arrimaron algunos de los dirigentes -como el del blanqueo impositivo destinado a financiar un plan de vivienda-. Tanto que en los últimos días los propios empresarios hicieron de voceros sobre el plan que está a estudio en los despachos de los funcionarios.
Cristina no estuvo en ese acto, ni tampoco elogió el discurso del Presidente en contra de los «odiadores seriales» ni emitió opinión sobre las bondades del plan económico que empieza a esbozarse. Pero su señal más clara al respecto se vio cuando elogió públicamente en su cuenta de Twitter un artículo de análisis político de Alfredo Zaiat, economista y periodista del diario Página 12 que cuestionaba la «buena onda» de Alberto Fernández.
(iProfesional)