Azerbaiyán y Armenia se acusan de violar la nueva tregua y siguen los combates
Pese a los acuerdos logrados el 10 de octubre en Moscú, ambas naciones se señalan mutuamente de romper con el cese del fuego. Los combates dejaron cientos de muertos en tres semanas.
Armenia y Azerbaiyán se acusaron este domingo de haber violado una nueva tregua humanitaria en Nagorno Karabaj, un día de después de haber acordado ese cese de hostilidades y a una semana de un primer alto el fuego que nunca llegó a respetarse.
En un comunicado, el Ministerio de Defensa azerbaiyano afirmó que las fuerzas armenias «violaron de manera grosera» el nuevo acuerdo, mencionando disparos con artillería y morteros y ataques a lo largo del frente de batalla, informó la agencia de noticias AFP.
Más temprano, la portavoz del Ministerio armenio de Defensa, Sushan Stepanyan, denunció disparos de artillería y cohetes azerbaiyanos en el norte y sur del frente durante las tres horas posteriores a la entrada en vigor del alto el fuego.
Azerbaiyán reivindicó hoy la destrucción de un cazabombarderos armenio, lo que fue inmediatamente negado por ese país.
Anoche, ambas partes acordaron una tregua humanitaria en la zona del conflicto en Nagorno Karabaj que debía regir desde los primeros minutos de este domingo.
La decisión fue tomada a raíz de los acuerdos logrados en las negociaciones del 10 de octubre en Moscú y tras las reuniones de los copresidentes del Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) del 1 y del 5 de octubre.
Sin embargo, este domingo el ejército separatista de Nagorno Karabaj también informó a través de un comunicado haber sido objeto de un ataque enemigo en el sur, con «pérdidas y heridos de ambos bandos».
«Las infraestructuras civiles y las viviendas no fueron blanco de los disparos», precisaron los servicios de rescate del enclave.
Conflicto con historia
Nagorno Karabaj, poblado de más de 140.000 habitantes, de los cuales el 99% está conformado por armenios cristianos, se separó de Azerbaiyán, país musulmán chiíta de habla turca, poco antes de la desintegración de la Unión Soviética en 1991, lo que dio lugar a una guerra que dejó 30.000 muertos.
Desde 1994 rige un alto el fuego interrumpido a menudo por enfrentamientos, pero pocos tan violentos como los que se iniciaron el 27 de septiembre de este año.
La reanudación de los combates hace tres semanas dejó cientos de muertos o incluso más, con cifras que se hacen difícil de precisar ya que cada bando afirma haber matado a miles de enemigos y la ayuda humanitaria hasta ahora no pudo tener un acceso a la zona.
Hace una semana se logró acordar un alto el fuego, gracias a la mediación de Moscú, pero ese cese de hostilidades nunca se cumplió y, por el contrario, el conflicto se intensificó.
Azerbaiyán juró ayer sábado «vengar» la muerte de 13 civiles, incluido niños, que fallecieron en un bombardeo nocturno en Ganyá, segunda ciudad del país.
Numerosas viviendas fueron destruidas por el misil, que dejó igualmente más de 45 heridos, según el fiscal general, y Turquía, principal aliado de Azerbaiyán, acusó a Armenia de «crímenes de guerra».
La Unión Europea (UE) lamentó por su parte estos ataques y llamó una vez más a «todas las partes a dejar de atacar a los civiles».
La ciudad azerbaiyana de Ganyá, de más de 300.000 habitantes, alberga una base aérea, centro de operaciones de la defensa azerbaiyana, almacenes de carburantes y fábricas de municiones.
Una horas antes del bombardeo en Ganyá, se registraron ataques azerbaiyanos contra la capital del territorio separatista, Stepanakert, y la ciudad de Chucha.
También acusaron a Azerbaiyán de haber atacado durante la noche infraestructuras civiles de Nagorno Karabaj.
Además de una posible crisis humanitaria, la comunidad internacional teme que el conflicto se internacionalice: Turquía apoya a Azerbaiyán y Armenia, que respalda financieramente a los separatistas, forma parte de una alianza militar con Rusia.
El secretario general de la ONU, António Guterres, lamentó este domingo que las partes del conflicto ignoren constantemente los llamamientos de la comunidad internacional de cumplir la tregua, declaró el portavoz del jefe de Naciones Unidas, Stephane Dujarric, en un comunicado.
«El Secretario general lamenta profundamente que las partes ignoren de forma permanente los reiterados llamamientos de la comunidad internacional para lograr un cese inmediato las hostilidades», señaló Dujarric.
El portavoz destacó que en los últimos contactos con los ministros de Exteriores de Armenia y Azerbaiyán se hizo hincapié en que ambas partes están obligadas, de acuerdo con el derecho internacional humanitario, a proteger a los civiles y la infraestructura civil.